Durante el mes de abril, una moneda conmemorativa de 10 pesos llamó la atención en plataformas de compraventa en línea, luego de que se publicaran ofertas que alcanzaron los varios miles de pesos. La pieza, dedicada a la Batalla de Puebla y con la efigie del General Ignacio Zaragoza, se convirtió brevemente en objeto de especulación por parte de algunos vendedores, quienes destacaron su aparente rareza y supuesta alta demanda entre coleccionistas de numismática mexicana.
A pesar del furor que despertó en redes sociales y páginas de comercio electrónico, esta moneda de 10 pesos no fue una novedad dentro del ámbito numismático mexicano. La circulación de la moneda conmemorativa se había mantenido constante desde hace años y era bien conocida por los coleccionistas experimentados. Sin embargo, la publicación de precios elevados generó confusión entre usuarios sin experiencia, quienes creyeron estar ante una pieza de altísimo valor histórico y económico.
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Características y precio real de la moneda de 10 pesos de la Batalla de Puebla
La moneda conmemorativa fue emitida por el Banco de México en 2006, como parte de una serie de monedas de 10 pesos dedicadas a personajes clave de la historia nacional. En el anverso se mostró el Escudo Nacional con la leyenda “Estados Unidos Mexicanos”, mientras que en el reverso apareció el busto de Ignacio Zaragoza, acompañado de su nombre completo, las fechas de su nacimiento y fallecimiento (1829-1862) y la inscripción “Batalla de Puebla - 5 de Mayo de 1862”.
Esta moneda de 10 pesos perteneció a la familia C, con características físicas similares a otras monedas bimetálicas de la misma denominación. Contó con un anillo perimétrico de bronce-aluminio y un núcleo de acero inoxidable. Su peso fue de 10.33 gramos, con un diámetro de 28 mm. El diseño fue sobrio, con un estilo que buscó resaltar la figura del militar que encabezó la resistencia mexicana frente al ejército francés durante la célebre batalla del 5 de mayo, lo que llamó la atención de la numismática.
Aunque se trató de una moneda de 10 pesos con un valor simbólico importante, su precio real dentro del mercado numismático resultó moderado. La mayoría de los ejemplares en circulación alcanzaron un valor de entre 50 y 72 pesos en condiciones óptimas, es decir, sin desgaste y bien conservados. No existieron reportes oficiales de ventas verificadas por miles de pesos, por lo que las publicaciones que mostraron montos elevados correspondieron más a intentos de especulación que a una tasación respaldada por expertos.
Este tipo de situaciones ya se había presentado en otras ocasiones, especialmente cuando se aproximaban fechas históricas o celebraciones patrias, lo que solía generar un renovado interés por monedas alusivas. En el caso de la pieza con Ignacio Zaragoza, su reaparición en sitios de compraventa con precios desproporcionados fue una muestra más del fenómeno de sobrevaloración digital que afectó a algunas monedas conmemorativas en años recientes.
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