El 24 de septiembre de 2023, la misión OSIRIS-REx de la NASA trajo a la Tierra una cápsula que contenía aproximadamente 120 gramos de regolito carbonoso prístino del asteroide Bennu. Esta muestra no solo es valiosa por su rareza, sino también por las revelaciones sorprendentes que ha proporcionado hasta ahora. Los análisis iniciales sugieren que Bennu tuvo un pasado acuoso, lo que indica que este asteroide podría haberse desprendido de un antiguo mundo oceánico que ya no existe en nuestro sistema solar.
Los científicos están examinando minuciosamente las rocas y el polvo de Bennu para descubrir sus secretos y determinar si contienen los elementos esenciales para la vida. Estos estudios también proporcionan información crucial sobre los restos de la formación del sistema solar. En octubre de 2023, los primeros análisis revelaron que Bennu es rico en carbono, nitrógeno y compuestos orgánicos, ingredientes esenciales tanto para la formación del sistema solar como para la vida.
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La revista Meteoritics & Planetary Science publicó un estudio detallando estos hallazgos, confirmando la presencia de fosfato de magnesio y sodio en Bennu. Estos compuestos, disolubles en agua, son fundamentales para la bioquímica de la vida. Los minerales arcillosos, como la serpentina, encontrados en las muestras de Bennu son similares a las rocas halladas en las dorsales mesoceánicas de la Tierra, donde el manto terrestre interactúa con el agua. Esta conexión refuerza la hipótesis de un origen acuoso para Bennu, aunque se necesita más investigación para confirmarla.
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¿Por qué se piensa que Bennu se formó en un mundo oceánico?
Los compuestos descubiertos en Bennu sugieren que este asteroide pudo haberse formado en un antiguo mundo oceánico. Las rocas recogidas en Bennu representan una cápsula del tiempo de los primeros días del sistema solar, con una antigüedad de más de 4 mil 500 millones de años. Esta muestra es la mayor reserva de material inalterado de asteroides que existe ahora mismo en la Tierra. La presencia de compuestos orgánicos y minerales que interactúan con el agua indica que Bennu tiene un pasado acuoso significativo.
Los astrónomos creen que asteroides y cometas pudieron haber jugado un papel crucial en el suministro de agua y los componentes básicos de la vida a la Tierra. Nick Timms, coautor del estudio y profesor asociado de la Facultad de Ciencias Terrestres y Planetarias de la Universidad de Curtin, sugiere que estos cuerpos rocosos pudieron haber chocado con la Tierra en formación, preparando el terreno para el inicio de la vida. Esta teoría refuerza la importancia de estudiar asteroides como Bennu para entender mejor los procesos de formación del sistema solar y la posible química prebiótica.
¿Qué relevancia tienen estos hallazgos?
Estos hallazgos subrayan la importancia de recoger y estudiar material de asteroides como Bennu, especialmente material de baja densidad que normalmente se quemaría al entrar en la atmósfera terrestre. Este material puede ser clave para desentrañar los procesos de formación del sistema solar y la química prebiótica que pudo haber contribuido al origen de la vida en la Tierra. Las misiones como OSIRIS-REx nos ofrecen una oportunidad invaluable para obtener muestras prístinas de asteroides, permitiendo a los científicos realizar análisis detallados y descubrir pistas cruciales sobre nuestro origen.
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