El incremento de las estafas por Internet se ha convertido en una preocupación creciente para los usuarios mexicanos. En los últimos años, las denuncias relacionadas con fraudes digitales han registrado un repunte considerable, impulsadas por el avance de las tecnologías de la información y la falta de conocimiento en ciberseguridad entre la población. Los delincuentes, aprovechando estos factores, perfeccionan sus métodos para engañar a personas de todas las edades, haciendo uso de tácticas cada vez más sofisticadas y personalizadas.
Organismos de ayuda y prevención han señalado que una de las principales razones por las que los usuarios se vuelven vulnerables ante los fraudes es la sobreexposición de sus datos personales. Ya sea en redes sociales, páginas de internet concursos en línea o encuestas de satisfacción, los internautas, muchas veces sin saberlo, proporcionan información valiosa que después puede ser utilizada en su contra mediante estafas.
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Esta información no solo se comparte voluntariamente, sino que también puede ser vendida legalmente a terceros, quienes a su vez terminan alimentando bases de datos que son explotadas por los estafadores. Dentro de este contexto, existen seis actividades comunes que llaman particularmente la atención de los ladrones cibernéticos, volviendo a los usuarios blancos fáciles de fraudes por Internet:
- Participar frecuentemente en concursos: Muchas personas se registran en sorteos y promociones en línea proporcionando información como nombre, edad y dirección. Este tipo de datos no solo queda en manos de las empresas organizadoras, sino que puede ser vendido a terceros. Además, los estafadores identifican que el participante cree en la suerte, un perfil psicológico que facilita su manipulación.
- Enviar tarjetas de garantía por correo: Al registrar un producto, es común llenar formularios que incluyen detalles financieros, laborales y personales. Esta información puede ser filtrada o vendida, exponiendo a los consumidores a recibir ofertas fraudulentas o incluso ser víctimas de robos de identidad.
- Completar muchas encuestas: Las encuestas en línea permiten a las empresas conocer los hábitos de consumo, preferencias de viaje, características del hogar y tipo de automóvil de los usuarios. Esta información resulta de alto valor en el mercado negro, donde los delincuentes la utilizan para diseñar fraudes altamente personalizados.
- Compartir actualizaciones personales en Facebook: Publicar información sobre la ubicación, actividades recientes, eventos familiares o estados emocionales, facilita a los delincuentes crear ataques dirigidos. Las redes sociales son una fuente abierta de datos para los estafadores que buscan construir perfiles detallados de sus potenciales víctimas.
- Vivir en Estados Unidos: Aunque este punto es más relevante para usuarios que residen en dicho país, es importante mencionar que allá la disponibilidad de registros públicos facilita la obtención de datos personales. Archivos de propiedad, antecedentes legales y bancarios pueden ser recopilados y vendidos legalmente, proporcionando a los estafadores una mina de información lista para ser explotada.
- Botar el correo sin destruirlo: La basura sigue siendo un recurso para los ladrones de identidad. Documentos que contienen nombre, dirección, números de cuenta bancaria o información financiera pueden ser recuperados fácilmente si no se destruyen adecuadamente, exponiendo a las personas a estafas y robos de datos.
El avance de la tecnología ha abierto nuevas oportunidades para la comunicación, el comercio y la interacción social, pero también ha incrementado las amenazas en el entorno digital. La falta de precaución y el desconocimiento de los riesgos convierten a los usuarios en presas fáciles para los estafadores, quienes no necesitan recurrir a métodos complejos para obtener la información necesaria para cometer sus fraudes.
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