En un notable giro de eventos, una de las dos zonas de baja presión activas en el océano Pacífico mostró un sorprendente aumento en su potencial de desarrollo ciclónico. En menos de 24 horas, esta área incrementó su probabilidad de convertirse en un ciclón del 30% al 50%, y en cuestión de minutos, esta probabilidad ascendió al 80%. Esto sugiere que podríamos estar ante la formación del segundo ciclón de la temporada 2024 en el Pacífico, el cual recibiría el nombre de "Bud".
La temporada de huracanes en el Pacífico ha sido inusualmente tranquila este año, cumpliendo las expectativas de menor actividad predicha por los meteorólogos. Sin embargo, el reciente aumento en la actividad de esta baja presión indica que podríamos estar viendo un cambio en las condiciones. El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC) y el Servicio Meteorológico Nacional mexicano (SMN) han estado monitoreando de cerca esta área debido a su potencial para generar lluvias y tormentas eléctricas; su ubicación actualmente es a 670 kilómetros al suroeste de Cabo San Lucas, Baja California Sur.
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A pesar de las condiciones favorables para su desarrollo, existe la posibilidad de que el sistema, al igual que el ciclón anterior Aletta, se desplace hacia aguas más profundas del Pacífico y se disipe sin impactar significativamente la costa mexicana. No obstante, la amenaza que representa Bud no debe ser subestimada, ya que podría influir en las condiciones climáticas y causar aumentos en la marea y oleaje en zonas costeras, afectando especialmente a Baja California Sur.
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¿Qué impacto tendrían estas zonas de baja presión?
El SMN destacó la importancia de estar atentos a los informes meteorológicos en los próximos días. La zona de baja presión asociada con la Onda Tropical número 12, que actualmente muestra una probabilidad del 80% de convertirse en ciclón, se mueve hacia el oeste-noroeste a una velocidad de 24 km/h. De desarrollarse, podría traer lluvias intensas y vientos fuertes a las regiones costeras de Baja California, lo que podría resultar en inundaciones y deslizamientos de tierra, especialmente en áreas vulnerables.
Además, existe una segunda zona de baja presión vinculada a la Onda Tropical 11, también ubicada al suroeste de la península de Baja California, aunque con una menor probabilidad de desarrollo ciclónico, actualmente se estima que está en un 10% para formarse en los próximos siete días. Esta actividad es un recordatorio de que, aunque la temporada de huracanes ha sido tranquila hasta ahora, la situación puede cambiar rápidamente, y es crucial que las comunidades costeras permanezcan alerta y tomen las precauciones necesarias.
¿Qué es una zona de baja presión?
Una zona de baja presión es una región de inestabilidad atmosférica caracterizada por la presencia de nubes, lluvias, tormentas eléctricas y rachas de viento. Estas suelen formarse sobre el océano y pueden evolucionar hasta convertirse en ciclones tropicales, dependiendo de las condiciones atmosféricas y oceánicas. En el caso de la Onda Tropical 12, su interacción con una zona de baja presión ha incrementado la organización del sistema, favoreciendo su desarrollo.
En ese sentido, las ondas tropicales son canales de baja presión que se desplazan hacia el oeste, generando a su paso lluvias significativas y actividad tormentosa. Son fenómenos comunes en las temporadas de lluvias y juegan un papel crucial en el ciclo de precipitación en regiones tropicales y subtropicales.
La vigilancia continua de estos fenómenos es esencial para mitigar los riesgos asociados con los ciclones tropicales, que pueden evolucionar rápidamente y causar daños considerables. En este contexto, es vital que las autoridades y la población estén preparados para responder ante cualquier eventualidad relacionada con el desarrollo del ciclón Bud o cualquier otro sistema similar.
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