La reciente declaración de ley marcial en Corea del Sur por parte del presidente Yoon Suk Yeol provocó una gran tensión política que ya sacudió los mercados financieros. Este anuncio, el primero de su tipo en 40 años, fue presentado como una medida para “proteger el orden constitucional” frente a supuestas amenazas internas y externas. Sin embargo, las repercusiones económicas no tardaron en hacerse sentir, pues la moneda nacional como a las cotizaciones de importantes empresas ya se vieron afectadas.
La primera víctima visible de esta crisis fue el won, la moneda oficial de Corea del Sur. Tras el anuncio, el won cayó a su nivel más bajo desde octubre de 2022, alcanzando las 1,443.40 unidades por dólar, para luego estabilizarse en 1,430.72 unidades con una depreciación del 1.9%. Este descenso refleja la incertidumbre de los inversores, que reaccionaron de inmediato a la inesperada medida. La caída del won es preocupante porque puede incrementar los costos de importación para Corea del Sur, una economía altamente dependiente del comercio.
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El impacto no se limitó al mercado de divisas. Las acciones de empresas surcoreanas que cotizan internacionalmente también sufrieron fuertes caídas. Por ejemplo:
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Samsung Electronics, uno de los gigantes tecnológicos más importantes del país, registró un retroceso de hasta el 5.5% en la Bolsa de Londres.
Empresas como Posco Holdings, un gigante acerero, y Korea Electric Power también sufrieron importantes caídas, con pérdidas de 4.2% y 2.7%, respectivamente, al cierre de la jornada.
Otras compañías, incluidas SK Telecom y LG Display, enfrentaron retrocesos menores, aunque significativos, en torno al 2%.
Incluso el fondo cotizado iShares MSCI South Korea ETF, que gestiona activos surcoreanos, llegó a desplomarse un 6.9% en los momentos más críticos.
El Parlamento surcoreano, controlado por la oposición, reaccionó rápidamente para rechazar la ley marcial, lo que ayudó a frenar en parte las caídas en los mercados. Sin embargo, la medida generó preocupación internacional.
La declaración de la ley marcial llega en un momento en que Corea del Sur ya enfrentaba desafíos externos, como posibles aranceles bajo la administración de Donald Trump en Estados Unidos. Analistas advierten que esta medida podría ahuyentar inversiones extranjeras y aumentar la volatilidad del won. Además, sectores clave como el tecnológico, donde empresas como SK Hynix desempeñan un papel crucial en la cadena de suministro global, podrían verse seriamente afectados.
Aunque el gobierno asegura que la ley marcial es temporal y busca estabilizar el país, la percepción de riesgo entre los inversores muestra que el camino hacia la calma será complicado. Mientras tanto, los mercados financieros surcoreanos permanecen en alerta, preparándose para más días de incertidumbre.
La decisión de Yoon Suk Yeol no solo pone a prueba la fortaleza política de Corea del Sur, sino también la resiliencia de su economía en tiempos de crisis.
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