Taringa es una red social nacida en Argentina en 2004 que ha ganado popularidad en los países de habla hispana, convirtiéndose en 2018 en la segunda plataforma más visitada en su país de origen, con más de 40 millones de usuarios registrados. Según datos de Comscore. Pero además de esta popularidad, la empresa fue adquirida por el grupo de tecnología blockchain y criptomonedas IOV Labs, lo que le dio a la plataforma un "segundo aire". La consejera delegada Cristina Sancho habló con Expansión sobre los planes de la compañía y cómo quiere que los usuarios vuelvan a formar parte de la comunidad.
"Existe una realidad en el mercado: el 97% de las personas que crean contenido en las redes sociales no pueden monetizarlo. Por supuesto, esto a pesar de que la gente pasa tanto tiempo en las plataformas sociales. Esto significa que no están siendo considerados para participación, que es exactamente el grupo demográfico al que queremos llegar”, dijo Sancho. La ejecutiva aseguró que el 80% de los usuarios que están en la plataforma ya han monetizado su contenido, aunque cabe decir que las ganancias son recibidas a través de una cartera de criptomonedas, pues además de relanzar Taringa, la ahora dueña de la red social quiere que los usuarios tengan una evangelización de este sector.
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“Nuestra retención está por encima del 50%, cuando la media de las redes está en más o menos un 26%. Y la idea es conjuntar tres pilares: la comunidad de Taringa, la creación de contenido que se monetice y la adopción de estas nuevas tecnologías de pago”, precisó la ejecutiva. La empresa además busca enfocarse en el público de habla hispana antes de lanzarse por otros territorios, y aunque ya tuvo un soft launch en mercados como el argentino y el mexicano con apps tanto en la tienda de Apple, como la PlayStore, para 2024 busca tener un lanzamiento más grande.
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“Taringa llegó a tener 70 millones de usuarios únicos al mes, ahorita estamos en un proceso de relanzamiento, haciendo validaciones y la idea es recuperar la posición que en su día tuvo”, apuntó Sancho. Una de las peculiaridades de esta red social es que no existe el botón "me gusta". Esto se debe a que al usuario no le supone ningún esfuerzo presionar el botón y genera estrés para el creador, ya que no puede estar a la altura de las expectativas por las que tiene que pagar. Cambia el contenido. Por tanto, el diálogo se vuelve más interactivo.
La monetización para los creadores de contenido en la plataforma se realiza a través de blockchain. Si bien existe un gran conocimiento sobre esta tecnología en mercados como Argentina, la idea de la empresa es utilizar la tecnología más ampliamente también en otros países.
Con informción de Expansión