En el mundo de la ciencia uno de los fenómenos más estudiados es el de los sismos, pues existen registros históricos de que los terremotos despertaron el interés de la humanidad desde al menos hace 3 mil años, sin embargo, con el pasar de la historia se han sofisticado las técnicas, conocimientos e instrumentos para que la ciencia logre entender cómo pueden mitigar sus impactos. Y es ese el objetivo principal el Servicio Sismológico Nacional en México, que desde hace poco más de 100 años lleva un registro detallado de los sismos que ocurren en el país.
Y es que en los últimos 30 años el sismológico nacional ha registrado más de 200 mil sismos en México, debido a que el país se encuentra en una de las zonas con más alta actividad sísmica, al estar situado en el cinturón de fuego, lo que provoca que diariamente haya sismos en México. Por lo que la tarea del Sismológico Nacional es la de llevar un registro, para divulgar la información sobre los sismos a las autoridades del país y a la población en general con la intención de investigar en materia de los terremotos.
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Con esa intención, la institución emite un reporte diario sobre los sismos ocurridos en México, por lo que para este 7 de mayo se han reportado al menos 83 terremotos, de los cuales solo 6 han tenido magnitudess mayores a los 4 grados, siendo el más fuerte el ocurrido en Ciudad Altamirano, Guerrero, que tuvo una magnitud de 4.7 grados, mismo que tuvo otras dos réplicas de 4.0 grados, siendo una de estos el último sismo registrado en México a las 7:31 de la mañana de este 7 de mayo.
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¿Cómo se determina la magnitud de un sismo?
De acuerdo al Sismológico Nacional, la ciencia ha determinado que la magnitud de un temblor se relaciona directamente con la energía liberada en forma de ondas sísmicas, mismas que se propagan a través del suelo, para calcular esto se realizan algunos cálculos matemáticos basados en los datos obtenidos por los sismógrafos de diferentes estaciones, en estos se miden la amplitud máxima de las ondas y la distancia a la que se encuentra la estación que lo registró del epicentro. Estos datos son introducidos a una fórmula que permite obtener los grados de magnitud.
Pese a esto, magnitud e intensidad no es lo mismo, pues la magnitud sirve para obtener de forma numérica el “tamaño” de la energía liberada durante el sismo, mientras que la intensidad hace referencia a los posibles daños estructurales o a la vida humana. Existen diferentes formas de medir la magnitud, por lo que a menudo se encontrarán con distintas fórmulas matemáticas para calcularla, De hecho actualmente ya no se usa la escala de Richter, sino la magnitud de coda, la magnitud de momento sísmico entre otras. Sin embargo, cada una de estas fórmulas para calcular la magnitud de un sismo tiene distintas ventajas y desventajas, pues algunas pueden ser calculadas de manera rápida, pero pueden ser menos precisas, mientras otras son más precisas, pero se necesita un mayor tiempo. Asimismo algunas fórmulas son más propicias para calcular sismos pequeños y otras para sismos grandes.
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