La enfermedad de Parkinson sigue siendo una de las afecciones neurodegenerativas más desafiantes a medida que la población global llega al envejecimiento. Según Pavel Ernesto Rueda Orozco, investigador del Instituto de Neurobiología de la UNAM, la incidencia de Parkinson en el mundo está proyectada a duplicarse para 2040, afectando a más de 12 millones de personas.
En México, la situación no es menos alarmante, donde la incidencia de Parkinson ha aumentado significativamente, de 8.2 por cada 100 mil habitantes en 2014 a 10.8 en 2018. La prevalencia de esta enfermedad neurodegenerativa aumenta exponencialmente con la edad, presentando una alta incidencia en individuos mayores de 60 años. Esto refleja una tendencia global donde las condiciones como el Parkinson y el alzhéimer se vuelven más comunes a medida que la esperanza de vida se alarga, representando un emergente problema de salud pública.
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La enfermedad se caracteriza por la degeneración de neuronas dopaminérgicas en la substantia nigra pars compacta del cerebro. Esta pérdida resulta en una disminución crítica de dopamina, lo que desencadena síntomas motores como temblores, rigidez, y dificultades con la postura y la marcha. Rueda Orozco destacó para la Gaceta UNAM que, generalmente, los síntomas se presentan cuando ha muerto entre el 80 y el 90% de estas neuronas, y el proceso degenerativo que lleva a su muerte es irreversible y actualmente imparable.
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Además, el investigador señala que, aunque la enfermedad es más común en hombres, la prevalencia en mujeres también es significativa. En México, los estados de Sinaloa, Colima y Durango reportan las tasas más altas de incidencia, mientras que Querétaro, Zacatecas y Guanajuato presentan las menores.
En el ámbito de la investigación, el enfoque está en comprender cómo progresa la enfermedad, los mecanismos moleculares que contribuyen a la muerte neuronal y cómo mantener la funcionalidad de los circuitos neuronales afectados para aliviar los síntomas motores. A pesar de los desafíos, la UNAM sigue siendo un centro líder en la investigación del Parkinson, utilizando modelos animales para avanzar en el entendimiento y tratamiento potencial de esta compleja enfermedad.
Con estos hallazgos, Rueda Orozco llamó a las autoridades y a los responsables de las políticas públicas a incrementar el apoyo a la investigación y concienciar sobre la enfermedad de Parkinson como un importante problema de salud pública que requiere atención inmediata y sostenida.
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