Las mujeres que están atravesando su embarazo, deben saber que deben tomar algunos recaudos para cuidar así no solo su salud, sino también la del bebé que están esperando. De esta manera, deben seguir a rajatabla los consejos de los médicos para poder cuidarse durante las semanas que perdure el embarazo. Uno de los mitos que gira en torno a esto es si pueden tomar sol, pero algunos estudios han comprobado que los rayos solares afectan de manera considerable a estas personas.
En esta temporada donde se hicieron presentes las altas temperaturas, muchas personas quieren ir a la alberca a refrescarse o incluso tomar sol para poder tener así un buen color durante la temporada. Sin embargo, las mujeres embarazadas deben extremar los cuidados y es que afrontarán algunos cambios en la piel debido a que aparecerán algunas manchas color café con leche, que afectarán principalmente a mujeres jóvenes y de piel oscura. Entre los consejos que dan los expertos es poder resguardarse de los rayos solares como así también en el uso de filtros solares superior al factor 30.
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En los últimos meses y según la revista Science han reflejado que muchos estudios epidemiológicos han establecido una relación entre la exposición solar con las mujeres embarazadas y que trae malos resultados a la hora de dar a luz, porque pueden nacer de manera prematura, sufrirán un bajo peso al nacer o hasta incluso puede producirse la muerte fetal. Se ha documentado que cada un aumento de 1% genera un aumento del 5% en el riesgo de prematuridad.
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Cada vez son más países que están invirtiendo en el cambio climático y es que rara vez, los riesgos específicos para las personas embarazadas se reconocen. Hasta el momento, no hay una investigación que ayude a respaldar biológicamente por qué el sol afecta a las mujeres embarazadas y cómo responden al estrés propio del calor y de las altas temperaturas. Para ello, se realizó un estudio con mujeres donde se les colocó un sensor de temperatura.
Sean mujeres embarazadas o no, las personas tenemos una temperatura corporal que se mantiene en los 37° y para evitar que aumente, hay que perder calor de manera rápida para evitar así algún daño en la piel. Además, en el último tiempo, científicos han comprobado que la mujeres embarazadas no regulan la temperatura del cuerpo como los demás y como ganan peso de manera considerable, tendrán menos superficie para poder disipar el calor. Una de las consecuencias a la exposición solar es el aumento del flujo sanguíneo y también con el daño de la piel.