La escarlatina es una enfermedad infecciosa que afecta principalmente a niños, aunque también puede presentarse en adultos. Es causada por la bacteria Streptococcus pyogenes, la misma responsable de la faringitis estreptocócica. Recientemente, se han reportado casos de escarlatina en varias regiones de México, incluyendo la Ciudad de México, Hidalgo y Nuevo León. A continuación, te explicamos en qué consiste esta enfermedad, sus síntomas, formas de transmisión y medidas preventivas para evitar su propagación.
La escarlatina se caracteriza por una erupción cutánea distintiva, fiebre alta, dolor de garganta y una lengua de apariencia roja e inflamada conocida como "lengua de fresa". La erupción suele comenzar en el cuello y el pecho, extendiéndose gradualmente a otras partes del cuerpo. La piel afectada puede sentirse áspera al tacto, similar al papel de lija, y en etapas avanzadas, puede pelarse. Es común que la erupción se acompañe de enrojecimiento en los pliegues de la piel, como en las axilas, codos y la ingle.
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La transmisión de la escarlatina ocurre principalmente a través de las gotitas respiratorias que una persona infectada expulsa al toser o estornudar. También puede propagarse por contacto directo con las secreciones de la nariz y garganta de una persona infectada, o a través de objetos contaminados. Debido a su alto nivel de transmisión es fundamental que los niños enfermos permanezcan en casa y eviten asistir a la escuela o lugares públicos hasta que se recuperen completamente.
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¿Cuáles son los síntomas de la escarlatina?
Los síntomas iniciales de la escarlatina suelen aparecer de uno a cuatro días después de la exposición a la bacteria. Los signos más comunes incluyen fiebre alta (por encima de los 38.3°C), dolor de garganta, dolores de cabeza y malestar general. Un signo distintivo es la aparición de una erupción roja que puede comenzar en el cuello y el pecho, y luego extenderse a otras áreas del cuerpo. La lengua del paciente también puede volverse roja e hinchada, similar a una fresa, lo que es un indicio claro de escarlatina.
Para diagnosticar la escarlatina, los médicos generalmente realizan un examen físico y pueden solicitar una prueba de cultivo o un test rápido de estreptococo para confirmar la presencia de Streptococcus pyogenes. Es crucial obtener un diagnóstico adecuado para iniciar el tratamiento correcto y evitar complicaciones.
¿Cuál es el tratamiento para la escarlatina?
El tratamiento de la escarlatina generalmente implica el uso de antibióticos, que ayudan a reducir la duración de los síntomas y a prevenir complicaciones. Es fundamental completar todo el ciclo de antibióticos prescrito, incluso si los síntomas desaparecen antes de finalizar el tratamiento. Además de los antibióticos, se utilizan medicamentos para aliviar los síntomas, como paracetamol o ibuprofeno, para reducir la fiebre y el dolor de garganta.
La prevención de la escarlatina se basa en medidas básicas de higiene. Es importante enseñar a los niños a lavarse las manos frecuentemente, especialmente después de toser o estornudar. También se debe evitar compartir utensilios, vasos o toallas con personas infectadas. En caso de que un miembro de la familia esté enfermo, es aconsejable limpiar y desinfectar regularmente las superficies y objetos que puedan haber estado en contacto con la persona infectada.
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