En una sesión clave este miércoles 24 de abril, la comisión de seguridad social del Senado de la República dio luz verde al dictamen que establece la creación del esperado Fondo de Pensiones para el Bienestar. Esta medida, destinada a mejorar las pensiones de los trabajadores mexicanos, ha sido objeto de un intenso debate político y social en las últimas semanas.
¿Cómo se financiará el Fondo de Pensiones para el Bienestar?
Una de las fuentes principales de financiamiento para este fondo será el aprovechamiento de los ahorros sin reclamar en cuentas inactivas, una suma que asciende a poco más de 40,000 millones de pesos. Además, una parte de los ingresos del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado y de las utilidades generadas por entidades paraestatales sectorizadas a la Secretaría de la Defensa Nacional y de la Marina también contribuirán a su financiamiento, incluyendo proyectos emblemáticos como el Tren Maya.
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El presidente Andrés Manuel López Obrador celebró la aprobación de esta iniciativa en la Cámara de Diputados, aunque no ignoró el riesgo de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación pueda declararla inconstitucional, como han advertido diversos sectores de la oposición, conformada por el PAN, PRI y PRD. Estos partidos han anunciado su intención de impugnar la reforma una vez sea aprobada en ambas cámaras.
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Sin embargo, más allá de las disputas políticas, algunos expertos y líderes empresariales han expresado preocupaciones sobre el impacto fiscal a largo plazo de esta reforma. Guillermo Zamarripa, presidente de la Asociación Mexicana de Administradoras de Fondos para el Retiro (Amafore), ha señalado que el verdadero desafío será el pasivo que la reforma representará para el gobierno en los años venideros.
El Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados estima que el capital semilla destinado al Fondo de Pensiones alcanzaría únicamente para complementar las pensiones durante aproximadamente nueve años. Esta proyección subraya la importancia de un análisis exhaustivo de los costos a largo plazo asociados con esta iniciativa.
En cuanto a la operatividad del fondo, aún quedan preguntas por responder. Aunque se ha especificado que los recursos de las cuentas inactivas se transferirán al fondo, el proceso para reclamar estos recursos no ha sido detallado en la reforma. Este procedimiento se definirá en las reglas de operación que la Secretaría de Hacienda deberá publicar, aunque se espera que siga un esquema similar al actualmente utilizado en el IMSS.
La creación del Fondo de Pensiones para el Bienestar marca un hito en el panorama de seguridad social en México. Aunque celebrada por algunos como un paso hacia adelante en la protección de los derechos de los trabajadores, también plantea desafíos financieros y jurídicos que requerirán una cuidadosa consideración en los años venideros.
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