La reducción de la jornada laboral en México ha sido un tema de gran interés en los últimos meses. Actualmente, los trabajadores en el país tienen una jornada de 48 horas semanales, pero diversas iniciativas buscan reducirla a 40 horas. Aunque ya hay propuestas avanzadas, aún no se define una fecha exacta para que esta reforma entre en vigor.
La iniciativa de reducir la jornada laboral no surge solo de los legisladores, sino que es una demanda impulsada por trabajadores, organizaciones y activistas. Un ejemplo es María Luisa Luevano, quien mantiene una huelga de hambre frente a la Cámara de Diputados para presionar a los legisladores a avanzar en la aprobación de esta reforma.
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Dentro del Congreso, Manuel Vásquez Arellano, diputado por Morena, presentó una propuesta que busca garantizar dos días de descanso por cada cinco días trabajados, sin reducción de salario. Según Vásquez, este cambio forma parte de un esfuerzo por lograr condiciones laborales más justas y dignas para todos los mexicanos.
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¿Cuáles son las propuestas en discusión?
Además de la iniciativa de Vásquez Arellano, hay otras propuestas que buscan modificar el artículo 123 de la Constitución para implementar la jornada de 40 horas:
Partido del Trabajo (PT): Su propuesta también establece dos días de descanso por cada cinco días laborados. Plantean que las Cámaras del Congreso tengan 180 días para realizar los ajustes legales necesarios.
Movimiento Ciudadano (MC): Propone una implementación más rápida, con un plazo de 60 días para adecuar las leyes y un programa piloto de un año para facilitar la transición.
Partido Verde: Su iniciativa se enfoca en jornadas de seis horas diarias para padres de familia con hijos que tengan alguna discapacidad o necesiten cuidados especiales, ofreciendo flexibilidad en horarios sin afectar los salarios.
Aunque la presidenta Claudia Sheinbaum ha señalado la reducción de la jornada laboral como una prioridad de su gobierno, la iniciativa ha encontrado resistencia. Algunos sectores empresariales temen que una reducción abrupta pueda afectar la productividad, especialmente en pequeñas y medianas empresas (PyMEs).
Para enfrentar estos retos, varias propuestas contemplan una implementación gradual:
- Grandes empresas: 6 meses para adaptarse.
- Medianas empresas: 1 año y medio.
- Pequeñas empresas: 2 años.
- Microempresas: 3 años y medio.
A pesar del interés público y las acciones para acelerar el proceso, como la huelga de hambre de Luevano, no hay una fecha oficial para que la reforma entre en vigor. La aprobación de la reforma requiere un proceso legislativo que incluye la votación en ambas cámaras del Congreso y la ratificación por al menos 17 congresos estatales.
Reducir la jornada laboral podría beneficiar a millones de trabajadores, permitiéndoles tener más tiempo para la familia, el descanso y el desarrollo personal. Este cambio también podría modernizar las condiciones laborales en México, alineándolas con estándares internacionales.
Sin embargo, el reto está en encontrar un equilibrio que permita mejorar la calidad de vida de los trabajadores sin comprometer la productividad de las empresas, especialmente las más pequeñas. Por ahora, el debate continúa, y tanto legisladores como trabajadores esperan que pronto haya avances significativos en este tema que impacta directamente en la vida de millones de mexicanos.
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