Hoy, 26 de noviembre de 2024, el peso mexicano cerró la jornada con una caída importante frente al dólar. Al terminar el día, la moneda se cotizó en 20.77 pesos por dólar en el mercado, marcando una baja del -2.43% desde la apertura y un retroceso semanal del -3.41%. Esto refleja un momento complicado para el peso, que ha estado lidiando con varios factores tanto dentro como fuera de México.
¿Por qué está cayendo el peso?
Varios elementos están afectando al peso. Por un lado, las tensiones comerciales entre México y Estados Unidos han generado incertidumbre. Además, los mercados están atentos a las minutas de la Reserva Federal de Estados Unidos (FOMC), que podrían dar pistas sobre posibles cambios en las tasas de interés de ese país. Aunque el dólar en general mostró debilidad (con el Índice Dólar bajando -0.37%), el peso no logró sacar provecho debido a la cautela de los inversionistas.
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Durante la jornada, el tipo de cambio estuvo oscilando entre 20.61 y 20.82 pesos por dólar, con expectativas de que durante la noche se mantuviera en un rango de 20.40 a 20.82 pesos. Esto muestra que, aunque hay cierta estabilidad, la presión sobre la moneda mexicana continúa.
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¿Qué dicen los expertos?
Según especialistas de Monex, el peso podría cerrar el año en 20.70 pesos por dólar y alcanzar los 21 pesos en 2025. Esto significa que el llamado "súper peso", que llegó a niveles históricos de 16.50 pesos por dólar a principios de 2024, probablemente no regrese en el corto plazo. Janeth Quiroz Zamora, analista financiera, explicó que esas condiciones favorables que fortalecieron al peso a principios de año ya no están presentes.
Aunque esa fortaleza fue buena para algunos sectores, como los importadores y quienes tenían deudas en dólares, también afectó a quienes reciben remesas, ya que obtenían menos pesos por cada dólar enviado. Ahora, con el tipo de cambio más alto, las personas que dependen de las remesas están recibiendo más pesos, lo que mejora su poder adquisitivo.
¿Cómo afecta esto a la gente y las empresas?
Los efectos de la depreciación del peso dependen de a quién le preguntes. Por ejemplo, las familias que reciben dinero desde Estados Unidos están viendo más ingresos en pesos. Sin embargo, las empresas que importan productos o tienen deudas en dólares enfrentan costos más altos, lo que puede ser un problema si los precios siguen subiendo.
Este cambio también es una especie de ajuste después de un largo periodo en el que el peso estuvo fuerte. Durante ese tiempo, los exportadores y las personas que reciben remesas tuvieron que adaptarse a recibir menos ingresos. Ahora que la situación se invierte, esos sectores tienen un poco de alivio, aunque no es igual para todos.
El futuro del peso dependerá mucho de lo que ocurra en Estados Unidos, ya que la economía de ese país tiene un impacto directo en la mexicana. Los analistas creen que, si Estados Unidos sigue creciendo a una tasa del 2.5% como se espera, las remesas deberían seguir aumentando, lo que podría ser un apoyo importante para muchas familias en México.
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