Aunque muchas personas piensan que al jubilarse o recibir una pensión quedan libres de responsabilidades fiscales, la realidad es diferente. En México, las personas jubiladas y pensionadas continúan teniendo obligaciones ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT), ya que, al igual que cualquier otro contribuyente, deben cumplir con ciertos deberes fiscales. Estos requisitos son esenciales para evitar multas, sanciones y problemas futuros con la autoridad fiscal.
La Procuraduría de la Defensa del Contribuyente (Prodecon) puso a disposición una guía que busca orientar a los pensionados y jubilados sobre sus responsabilidades fiscales. Muchas veces, la falta de conocimiento en estos temas provoca que no se cumpla con los procedimientos adecuados, lo que puede derivar en sanciones. Para mantenerse al día, es importante conocer bajo qué circunstancias se debe presentar la declaración anual, qué ingresos adicionales deben ser declarados y quiénes están exentos de hacerlo.
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Es cierto que las personas jubiladas o pensionadas ya no forman parte activa del mercado laboral, pero si perciben ingresos adicionales, estos deben ser reportados ante el SAT. No cumplir con esta obligación puede acarrear multas e incluso embargos. A continuación, te explicamos en qué situaciones debes cumplir con estas disposiciones fiscales, quiénes están exentos y cuáles son las consecuencias de no hacerlo correctamente.
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¿Qué obligaciones fiscales tienen los jubilados o pensionados?
De acuerdo con la Prodecon, quienes tributen bajo el régimen de sueldos y salarios o ingresos asimilados a salarios, tienen algunas obligaciones fiscales que cumplir. Entre ellas, destaca la importancia de proporcionar los datos necesarios a los retenedores para que realicen las retenciones correspondientes de acuerdo a lo que marca la ley. Además, es fundamental presentar la declaración anual si se cumplen ciertos criterios que lo exigen.
Se debe presentar la declaración anual cuando se obtienen ingresos adicionales a los sueldos o pensiones, o si se han percibido ingresos de dos o más empleadores. También es obligatorio si los ingresos anuales superan los 400 mil pesos, o si se perciben ingresos con fuente de riqueza en el extranjero. Otro aspecto importante es notificar por escrito al retenedor si se tiene la intención de presentar la declaración por cuenta propia, ya que esto también puede influir en las obligaciones fiscales.
Aunque algunos jubilados y pensionados están exentos de presentar declaración, no es el caso para todos. Aquellos que solo reciban ingresos de un empleador y cuyos ingresos no excedan los 400 mil pesos anuales están exentos de este requisito. Sin embargo, si el total de los ingresos rebasa los 500 mil pesos al año, incluso si estos ya han sido gravados o no estén sujetos a impuestos, se deberá presentar la declaración correspondiente.
Excepciones y casos específicos
La Prodecon aclara que no todos los jubilados o pensionados deben preocuparse por la declaración anual, siempre que cumplan con ciertos requisitos. Por ejemplo, si los ingresos derivados de sueldos, salarios o intereses no superan los 400 mil pesos anuales, o si los intereses reales percibidos no exceden los 100 mil pesos al año, no será necesario presentar la declaración. Sin embargo, si se sobrepasan estos umbrales, la situación cambia y es necesario reportar todos los ingresos ante el SAT.
Existen otros ingresos adicionales que también deben ser declarados, como los premios, donativos, préstamos que superen los 600 mil pesos, así como herencias, legados o la venta de una propiedad superior a 500 mil pesos. Además, los viáticos que representen más del 10% de los sueldos percibidos también deben ser informados, siempre que el total supere los 500 mil pesos.
No declarar estos ingresos puede ocasionar serios problemas, como el inicio de un procedimiento por discrepancia fiscal. En estos casos, las autoridades fiscales podrían exigir el pago del Impuesto Sobre la Renta (ISR) sobre aquellos ingresos que no fueron reportados correctamente, además de aplicar multas y recargos.
Consecuencias de no cumplir con las obligaciones fiscales
El incumplimiento de las obligaciones fiscales puede resultar en multas significativas. Por ejemplo, no presentar la declaración anual puede generar sanciones que oscilan entre $1,400 y $17,370 pesos. Si no se actualizan los datos fiscales, las multas pueden variar entre $3,080 y $9,250 pesos. Además, no conservar los comprobantes fiscales puede acarrear multas de hasta $34,730 pesos.
El SAT también tiene la facultad de imponer otras sanciones si las obligaciones fiscales no se cumplen a tiempo. Entre estas medidas están los recargos y actualizaciones sobre el monto adeudado, lo que incrementa el total a pagar si no se liquidan los impuestos a tiempo. En casos más graves, el SAT puede proceder al embargo de bienes para cubrir las deudas fiscales.
También es posible que se restrinja el uso de los sellos digitales, impidiendo la emisión de comprobantes fiscales, lo que puede afectar la capacidad de realizar transacciones. Por último, el SAT puede realizar auditorías para verificar los ingresos y gastos de los contribuyentes, lo que podría derivar en sanciones adicionales si se encuentran irregularidades.
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