La contaminación marina es un problema grave en México, que ha dañado significativamente la flora y fauna de los ecosistemas oceánicos, provocando que varias especies estén en peligro de extinción. Para enfrentar esta problemática, se han impulsado diversas iniciativas científicas, entre ellas las desarrolladas por expertos de la UNAM.
Liliana Pardo López, investigadora del Instituto de Biotecnología (IBt) de la UNAM, y su equipo de trabajo han logrado importantes avances en un estudio de bacterias marinas, descubriendo que algunos de estos microorganismos tienen la capacidad de degradar plásticos en el océano.
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Esta línea de investigación representa una herramienta prometedora para mitigar la contaminación marina. De acuerdo con estimaciones de la organización Ciudades y Transporte Sustentable, cada año se vierten aproximadamente 100,000 toneladas de plástico a los océanos desde las costas mexicanas, lo que equivale al 60%–80% de los residuos plásticos generados en el país.
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Frente a esta situación, la investigadora destaca que los océanos están cada vez más saturados de contaminantes como plásticos, pesticidas, fertilizantes, aguas residuales e hidrocarburos. Incluso se han detectado islas flotantes de basura, formadas por la acumulación de estos materiales, lo que subraya la urgencia de desarrollar soluciones sustentables.
Científicos de la UNAM buscan usar bacterias para degradar plásticos en el mar
Liliana Pardo López, responsable del Laboratorio de Biotecnología Marina del Instituto de Biotecnología (IBt) de la UNAM, encabeza una investigación que busca aprovechar el potencial de bacterias marinas para degradar plásticos en los océanos.
Este proyecto comenzó en 2015, cuando la investigadora se integró al Consorcio de Investigación del Golfo de México (CIGoM), una iniciativa multidisciplinaria con participación de especialistas de diversas instituciones del país, financiada por el entonces Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
La científica ha participado en 10 expediciones a bordo del buque Justo Sierra de la UNAM, recolectando muestras de agua y sedimentos a distintas profundidades, incluso hasta 3,700 metros, con el objetivo de crear un Atlas de bacterias del Golfo de México.
Durante el análisis, el equipo descubrió que muchos plásticos están hechos a partir de hidrocarburos, lo que permite que ciertas bacterias capaces de degradar petróleo también actúen sobre estos materiales. Al respecto, Pardo López explicó:
“En el laboratorio detectamos que, de unas 350 bacterias analizadas, alrededor del 80% también degrada plásticos”
Preguntas frecuentes sobre el estudio
¿Cómo contribuye este estudio a combatir la contaminación marina?
El Golfo de México presenta condiciones naturales para la presencia de petróleo y de bacterias que lo degradan. Estas se cultivan en medios con hidrocarburos o plásticos durante expediciones de 15 a 30 días, donde solo sobreviven las que se alimentan de estos compuestos.
¿Cuál es el proceso de descomposición?
Las bacterias se analizan primero en entornos controlados (“microcosmos”) y luego en condiciones reales (“mesocosmos”), utilizando agua o arena contaminadas artificialmente con petróleo. Así se identifica cuáles son más eficaces según el tipo de entorno. Estas pruebas se desarrollan en el Laboratorio Nacional de Oceanografía.