El paso del cometa 3I/ATLAS ha abierto un intenso debate dentro de la comunidad científica. Mientras algunos especialistas lo consideran un objeto interestelar común, otros han planteado la posibilidad de que se trate de un cuerpo asociado a un origen tecnológico.
El primero en sugerir esta hipótesis fue el profesor de Harvard Avi Loeb. Y recientemente, Davide Farnocchia, ingeniero de navegación del Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA, señaló que el objeto podría haber mostrado indicios de tecnología debido a un movimiento no gravitacional, lo que sugiere que su trayectoria podría estar influida por un factor distinto a la gravedad.
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Escala de Loeb: nueva fase del cometa
A estas teorías se suma una propuesta más de Avi Loeb, quien desarrolló un modelo para clasificar fenómenos astronómicos con propiedades extraordinarias. A través de la llamada Escala de Loeb, es posible categorizar objetos interestelares en un nivel del 0 al 10, de acuerdo con la rareza de sus características.
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La creación de esta escala surge ante el incremento en la detección de cuerpos interestelares en las cercanías de nuestro sistema solar, como 3I/ATLAS y Oumuamua, identificado en 2017, cuyas propiedades han desafiado las categorías convencionales.
3I/ATLAS: Así es como el objeto interestelar cruzó el umbral crítico y entró a una nueva fase
Actualmente, el cometa 3I/ATLAS se encuentra clasificado en el Nivel 4 de la Escala de Loeb, una categoría que alcanzó en tiempo récord y que marca un umbral crítico. Las explicaciones científicas disponibles aún no logran encajar por completo con su comportamiento, lo que ha intensificado el debate sobre la posibilidad de un origen artificial o tecnológico.
Loeb explicó que esta clasificación responde a su trayectoria, comportamiento y propiedades físicas inusuales. Por ello, considera que la hipótesis de un origen tecnológico debe ser tomada en cuenta, no como una certeza, sino como una alternativa que merece un análisis científico. Al respecto señaló:
“Ese escalón se reserva para casos donde las anomalías observadas —en trayectoria, brillo, emisiones o dinámica— son tan llamativas que la hipótesis de un origen tecnológico debe entrar formalmente en la discusión, no como certeza, sino como posibilidad que merece ser evaluada con método científico".
Entre las características que contribuyeron a su clasificación en el Nivel 4 destacan su composición química inusual, su aceleración no gravitacional, su alta velocidad y la presencia de una polarización negativa extrema, un fenómeno no registrado previamente en objetos similares.
Tras su reaparición después de la conjunción solar, 3I/ATLAS entró en una nueva fase de observación intensiva. Durante este período, los científicos continuarán monitoreando su comportamiento para identificar posibles anomalías que puedan respaldar la hipótesis de un origen no natural.