Hace 300 millones de años, la Tierra era un mundo diferente, donde todos los continentes estaban unidos en una única masa terrestre conocida como Pangea. Ahora, los científicos de la Universidad de Curtin y la Universidad de Pekín, en un estudio publicado en la revista National Science Review en diciembre de 2022, plantean la posibilidad de que dentro de 200 millones de años, América y Asia podrían fusionarse una vez más, formando un nuevo supercontinente llamado Amasia.
Este fenómeno, impulsado por el movimiento de la corteza terrestre, podría significar un cambio monumental en la geografía global. Si se materializa, Amasia se convertiría en la nueva masa terrestre dominante, potencialmente reconfigurando fronteras y territorios tal como los conocemos hoy en día.
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¿Qué pasará con México cuando se forme el supercontinente Amasia?
En el contexto de este cambio sísmico a escala planetaria, surge la interrogante sobre qué sucederá con México. ¿Será parte de este nuevo supercontinente? Los científicos emplearon simulaciones computacionales para respaldar sus teorías, señalando que Amasia es solo una de las múltiples opciones para la formación del próximo supercontinente.
En una variante alternativa, los océanos Pacífico y Atlántico podrían cerrarse, lo que implicaría una transformación radical de la forma y ubicación de México, dándole lugar en el continente de Amasia.
No es la primera vez que se discute la posibilidad de Amasia. En febrero de 2012, la revista Nature presentó un artículo titulado "Supercontinente Amasia to take North Pole position", donde se exploraba esta teoría. Según este artículo, si las condiciones adecuadas se cumplen dentro de 200 millones de años, Amasia ocuparía el territorio del Polo Norte, sobre el Océano Atlántico, alterando significativamente la distribución de tierras y mares en nuestro planeta.
La incertidumbre sobre el futuro de México y del mundo en un escenario tan distante es evidente. La formación de un nuevo supercontinente como Amasia es una posibilidad intrigante, pero todavía es una hipótesis en un horizonte temporal tan lejano. Los cambios geológicos son inevitables, pero su forma y alcance dependerán de una multiplicidad de factores aún desconocidos.
La Pangea como referente
Pangea, el supercontinente del pasado, nos ofrece una visión de cómo podría ser este proceso. Hace 300 millones de años, Pangea dominaba la Tierra, uniendo la mayoría de los continentes conocidos en una sola masa terrestre. La distribución de las tierras y los océanos era completamente diferente a la de hoy en día. América del Norte, Europa del Norte, Asia del Norte, América del Sur, África, Antártida, Australia, India y partes de Asia estaban todas conectadas en un solo bloque de tierra rodeado por el vasto océano Panthalassa.
La formación del nuevo supercontinente Amasia plantea interrogantes fascinantes sobre el futuro de México y del mundo. Aunque su realización está a años luz en el futuro, nos recuerda la dinámica constante de la geología planetaria y la inevitable transformación del paisaje terrestre con el paso del tiempo.
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