La fascinación por las profundidades del océano ha sido parte de la humanidad desde tiempos inmemoriales. Un ejemplo reciente es el caso de un sumergible que se perdió en el mar durante una expedición para explorar los restos del Titanic.
Este incidente resalta el interés de las empresas por fomentar el turismo marítimo para descubrir las profundidades del océano, un mundo en gran parte desconocido para nosotros.
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Y, aunque llevamos algunas explorando la superficie del océano, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) .
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Somos solo hemos cartografiado el 20% del fondo marino, lo que lo convierte en un lugar prácticamente inexplorado y peligroso.
Aunado a ello, la Woods Hole Oceanographic Institution, dice que explorar las profundidades del océano es más difícil que viajar al espacio. Hasta el día de hoy solo tres personas han pasado tres horas explorando, el punto más profundo del océano, mientras que 12 astronautas han pasado un promedio de 300 horas en la superficie lunar.
¿Por qué es peligroso explorar el fondo del mar?
Explorar los terrenos desconocidos del mar puede ser peligros debido a la inmensa presión que se experimenta a grandes profundidades, junto con la oscuridad y las bajas temperaturas.
El sumergible Titán, desaparecido mientras exploraba los restos del Titanic a unos 3, mil 800 metros bajo el agua, es un ejemplo de los desafíos que enfrentamos.
De hecho, la investigación del sumergible Titán, tienen bastante difícil el recuperarlo debido a las condiciones del fondo marino, que es mucho más accidentado que la superficie terrestre, según Jamie Pringle de la Universidad de Keele, Reino Unido.
El océano profundo, que se extiende desde mil hasta seis mil metros bajo la superficie, presenta profundidades aún mayores en las fosas marinas, llegando hasta los 11 mil metros. Esta región, conocida como zona hadal, es extremadamente fría y oscura, lo que la hace peligrosa de explorar.
A pesar de estos desafíos, los científicos de la Woods Hole Oceanographic Institution demostraron por primera vez la existencia de vida por debajo de los seis mil metros en 1948.