ASTRONOMÍA

¿De qué color es el Sol?

Podría parecer algo evidente, pero el color real de nuestra gran estrella no es el que vemos a simple vista. Aquí te lo explicamos.

Según la ciencia, el color varía según nuestra perspectiva.Créditos: Spark
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¿De qué color es el Sol? Parece una obviedad más que una pregunta. No obstante, la respuesta dista de lo que a simple vista podemos apreciar todos los días, pues aunque parezca una contestación lógica no siempre el color de nuestra gran estrella es amarillo. Aunque parezca extraño hay momentos en que adquiere una coloración diferente y, en ocasiones, incluso una que resulta extraña. 

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) define al Sol como una de los mil millones de estrellas que existen en el Universo, con una gravedad de tales magnitudes que es capaz de mantener en movimiento a todos los cuerpos celestes de nuestro sistema solar alrededor de sus órbitas. 

Su composición es mayormente de helio e hidrógeno. La energía que emana de ella deriva de su núcleo donde la materia se convierte en energía, algo que sucede gracias a que en dicho núcleo la presión es más de mil veces la de la atmósfera de la Tierra, además de que la densidad es 160 veces más que la del agua, sin dejar de mencionar que registra una temperatura de alrededor de 16 millones de grados centígrados. 

Actualmente se calcula que en su interior, el Sol transforma más de cuatro millones de toneladas de materia en energía por segundo, la cual se transforma en luz hacia el espacio, de la cual una fracción llega a la Tierra. 

¿De qué color es el Sol?

Una respuesta inmediata que millones de personas podríamos dar es que su color es amarillo. Quizá otros digan que es anaranjado, y algunos más incluso aseguren que es rojizo o hasta blanco. Pero ¿cuál es el color real del Sol? La respuesta no es solo una y depende de varios factores.

Lo primero que nos viene a la mente cuando alguien pregunta de qué color es el Sol es amarillo. Si bien esta percepción de color es la constante, hay que decir que se debe a un efecto óptico vinculado con la atmósfera terrestre y sus partículas que intervienen en la propagación de fotones, haciendo que los colores que hay en el espectro luminoso se diferecien unos de otros por su longitud de onda.

Cuando la luz blanca entra en la atmósfera y se topa con dichas partículas, los colores de onda menor como el azul o morado, tienden a perderse o difuminarse, dejando el paso libre hacia los de onda mayor, que en este caso son los colores rojo, naranja y amarillo, que son los que regularmente tiene nuestra estrella. 

Ahora, si tuviéramos la posibilidad de salir de la Tierra, podríamos ver un Sol de color blanco, esto debido a que en el espacio no hay algún tipo de partícula que difracte las ondas más pequeñas del espectro luminoso. Y el hecho de que sea el color amarillo el que predomina se debe no solo a la convergencia de ondas color rojo, sino también a ciertos tonos verdes que alcanzan a llegar. 

Pero si vemos el Sol durante la tarde es mucho más común verlo en color naranja e incluso rojo. La razón tiene que ver con la dispersión de Rayleigh, fenómeno óptico que ocasiona que dicha estrella se tiña de distintos tonos, según el ángulo desde el que se le mire. De esta forma, cuando llega el atardecer se encuentra más cerca del horizonte, por lo que es más probable que el color de mayor influencia sea el rojo. 

¿Te imaginas un Sol de color verde? La evidencia científica indica que hay un pequeño pico en la emisión de la longitud de onda que corresponde con tonos en dicho color, fenómeno que podría estar relacionado con los años que tiene el astro y sus emisiones de energía convertida en luz. 

Por tanto, tratar de decir que el Sol tiene un solo color durante todo el día, como puede ser el amarillo, sería algo impreciso dados los factores antes mencionados.

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