No es un secreto que en México se encuentra en una de las regiones sísmicamente más activas del mundo, ubicada en el famoso Cinturón Circumpacífico, donde la incidencia de este fenómeno es constante. Pero, ¿qué pasa si miramos más allá de las fronteras mexicanas? ¿Podría un gran terremoto separar la península de Baja California de México y Estados Unidos? Esa es la pregunta que ha estado circulando en los círculos científicos y geológicos por décadas.
El evento que enciende las alarmas en ambos países es conocido como el “Big One”, un término que se asocia comúnmente con un terremoto esperado en California debido a la falla de San Andrés, que se estiman podría tener una magnitud superior a 8 grados, lo que lo convertiría en uno de los desastres naturales más devastadores, como el ocurrido en Chile en 2010 que alcanzó los 8.8 grados en la escala Richter e incluso al del 22 de mayo de 1960 de Valdivia, Chile, que llegó a la magnitud de 9.5 grados convirtiéndolo en el sismo con mayor intensidad con registro.
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La inquietud radica en la posible propagación de las ondas sísmicas hacia el norte, afectando no solo a California, sino también al sur del estado y más allá. Sin embargo, lo que ha llamado la atención en México es la hipótesis de que este evento podría tener consecuencias sorprendentes: la separación de la península de Baja California de la masa continental que comparten México y Estados Unidos, pero esto ya está ocurriendo con o sin terremoto.
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De acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), esta península es un ente geológico en constante movimiento. Aunque este desplazamiento es imperceptible a escala humana, se espera que, dentro de un millón de años, se traduzca en un cambio notable en el mapa de la región.
Actualmente, la península de Baja California se desplaza aproximadamente cuatro o cinco centímetros al año hacia el noroeste en relación con el continente. Este movimiento gradual es un recordatorio constante de la dinámica geológica que da forma a nuestro planeta.
Sin embargo, la verdadera pregunta que debemos hacernos es si un evento como el 'Big One' podría acelerar este proceso geológico y llevar a una separación más rápida de la península. La respuesta no es tan simple como podría parecer. La falla de San Andrés y la del Golfo de California son dos sistemas de fallas diferentes, aunque están relacionados. La última existe desde hace aproximadamente seis millones de años y es un sistema activo que genera sismos locales con regularidad.
¿Dónde hay más sismos en México?
El país se encuentra en una región sísmicamente activa debido a la interacción entre varias placas tectónicas, incluyendo la Placa de Norteamérica, la Placa de Cocos, la Placa del Pacífico, la Placa de Rivera y la Placa del Caribe.
Para abordar de manera más precisa la vulnerabilidad en México, el Servicio Geológico Mexicano dividió el país en cuatro zonas sísmicas, que van desde la zona A hasta la D.
- La zona A es la menos propensa a sismos, con un historial sin registros de temblores en los últimos 80 años y una baja probabilidad de fuertes aceleraciones del suelo.
- La zona B y C comprenden lugares que la intensidad y frecuencia no es tan constante
- La zona D es la más peligrosa, con una frecuencia significativa de sismos históricos y una alta probabilidad de aceleraciones sísmicas.
¿Y en qué estados tiembla más? de acuerdo con la información proporcionada por el SGM las siguientes entidades cuentan con mayores registros e intensidad:
- Chiapas
- Oaxaca
- Guerrero
- Michoacán (sur)
- Colima
- Jalisco (sur)
- Baja California
Si bien es posible que el 'Big One' en California genere sacudidas significativas en Baja California, la separación de la península de México y Estados Unidos es una perspectiva que, en el corto plazo, parece más una hipótesis que una certeza.
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