"Luna-25", diseñada para aterrizar en el polo sur de la Luna y llevar a cabo investigaciones científicas y tecnológicas sufrió una serie de desafíos durante su navegación espacial que culminaron en la pérdida de comunicación y, finalmente, en una colisión con la superficie lunar, informó la agencia espacial rusa Roscosmos.
La sonda espacial, lanzada el 11 de agosto desde el cosmódromo de Vostochni, tenía programado alunizar el pasado lunes en el polo sur del satélite terrestre, lamentablemente la nueva carrera espacial emprendida por Rusia enfrentó una serie de desafíos que le impusieron completar su misión como lo tenía contemplado.
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El artefacto colisionó en la superficie lunar después de que se perdiera la comunicación con la misma. La agencia explicó que se emitió un impulso para que la estación realizara la transición a la órbita previa al alunizaje, pero en algún punto se cortó la comunicación con el módulo.
En su canal de Telegram la agencia Roscosmos lanzó el siguiente mensaje:
“Aproximadamente a las 14:57 hora de Moscú, se interrumpió la comunicación con la nave espacial Luna-25. Las medidas tomadas el 19 y 20 de agosto para buscar la nave espacial y entrar en contacto con ella no dieron ningún resultado (...) la nave entró en una órbita fuera de diseño y dejó de existir como consecuencia de una colisión con la superficie lunar”.
Adicionalmente, el organismo espacial señaló que una comisión interdepartamental será la encargada de esclarecer los motivos de la inestabilidad y colisión del artefacto durante el alunizaje.
La misión Luna-25 tenía objetivos científicos y tecnológicos, además de probar tecnologías de alunizaje suave, uno de los propósitos más destacados de la misión era la búsqueda de agua congelada en la superficie lunar, un hallazgo que podría tener implicaciones significativas para futuras exploraciones espaciales.
No todo fue pérdida, pues previo al incidente, la estación Luna-25 transmitió imágenes de la superficie lunar y recopiló datos científicos, entre ellos, se detectó el impacto de un micrometeorito, posiblemente perteneciente a las Perseidas, una lluvia de meteoros recurrente en agosto.
Además, el espectrómetro de neutrones y rayos gamma ADRON-LR registró información sobre la composición química del suelo lunar.
Luna-25 era la primer incursión espacial rusa dirigida al satélite natural de la Tierra en más de 40 años, no solo marcaría un hito en el alunizaje en el polo sur, sino colocaría al país europeo a la cabeza en la nueva carrera espacial en la que participa India con Chandrayaan-3 y Estados Unidos con el proyecto Artemis.
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