Para muchos un perro no es solo una mascota, sino un integrante más de la familia, por lo que cuidarlo y darle cariño se vuelve algo natural que nos hace amarlos y procurarlos para que estén lo mejor posible. Es tal la convivencia con nuestros lomitos que hablarles es ya una actividad diaria, ya sea para expresarles nuestro amor, para llamarlos, o en ciertos casos para reprenderlos por alguna travesura. Sea cual sea el caso, hablarle a los perros es algo que los hace responder de cierta manera, desde ladear su cabeza hasta mover la cola. Sobre esto ¿te has preguntado qué pasa en el cerebro de tu perro cuando le hablas?
Quizá ya notaste que cada vez que le dices algo a tu canino parece que te presta atención porque te mira fijo, puede que mueva la cola suavemente, que haga hacia un lado la cabeza o que te vea de cierta manera. Estas reacciones o comportamientos están estrechamente relacionados con la forma en cómo funciona su mente en momentos como ese.
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Recientemente se publicó un artículo en la revista Science que explica la forma de operar del cerebro de un lomito cuando escucha la voz de su dueño mientras le está hablando.
¿Qué pasa en el cerebro de mi perro cuando le hablo?
Anna Bálint, neurocientífica canina de la Universidad Eötvös Loránd, en Hungría, es la autora de la investigación publicada en la revista Science, estudio para el cual utilizó un electroencefalograma que mide las ondas cerebrales de cada individuo, en este caso de un perro.
El trabajo requirió el reclutamiento de 17 caninos de las razas pastor alemán, border colli y golden retriever, a quienes previo al trabajo de investigación se les instruyó para que pudieran estar quietos durante varios minutos seguidos.
Una vez hecho lo anterior a esos caninos se les colocaron electrodos en su cabeza a fin de registrar su actividad cerebral, tarea que no fue sencilla, según resalta el artículo publicado, esto debido a que los animales tienen una gran cantidad de músculos que podrían obstruir y dificultar la lectura correcta de dichas ondas.
Ya que lograron la lectura cerebral, los investigadores reprodujeron audios de humanos que no tenían palabras, solo risas y balbuceos, y también escucharon sonidos propios de los perros, tales como jadeos y ladridos. Ambos tipos de sonidos se clasificaron como transmisores de emoción positiva o neutral, tomando en cuenta el contexto en el que se escucharon.
Cuando un perro detectaba las voces humanas, las ondas de su cerebro alcanzaron un punto máximo, por lo que eran positivas en respuesta a los sonidos hechos por personas, a diferencia de cuando oían el ruido que hacía un canino.
Al respecto, Fausto Reyes Delgado, director médico del Hospital Veterinario UNAM Banfield, dijo que el artículo de Anna Bálint demuestra científicamente porque un perro siempre responde de diferente forma a los sonidos humanos y de otros caninos. Explicó que un perro se relaciona con todos los integrantes de la familia, pero que con la persona que convive más tiende a responder más rápida y eficazmente, de ahí que cuando su dueño está en una crisis emocional o se siente triste su mascota lo perciba y acuda de inmediato.
Otro ejemplo que señaló el director médico es cuando un perro es adiestrado y se le indica morder a alguien. En cuanto la voz de mando le indica que deje de hacerlo, la reconoce y suelta al individuo que está mordiendo. Esto lo logra gracias a que ha diferenciado entre varias voces la de su dueño, lo cual habla de un proceso de inteligencia en términos de lenguaje y lo que entiende.
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