Para nadie es un secreto, incluso para aquellas personas que suelen tener una alimentación irregular, que el consumo excesivo de grasas puede ser sumamente dañino para nuestro organismo y su funcionamiento.
Sin embargo, esta idea viene precedida de una falsa doctrina en donde se nos decía, casi a diario: comer grasas te hará mucho daño y te hará subir de peso. Y aunque hay muchísima verdad en lo anterior, también es cierto que sin ellas, nuestro cuerpo tendría diversos problemas.
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Por lo anterior, y si te has metido en una dieta de 0 grasas, es momento de repensar y conocer a profundidad lo que las grasas aportan al cuerpo y entender porque no son tan malas consumirlas. ¡Sigue leyendo!
Los beneficios de las grasas
De inicio, es importante dejar en claro que las grasas son un tipo de nutriente que se extrae a partir de nuestra alimentación. Su función principal es brindarnos energía para llevar a cabo las tareas que realizamos a diario.
Para los deportistas o personas que realizan actividad física constante, las grasas son fundamentales cuando las calorías de los carbohidratos se han agotado tras 20 minutos de ejercicio. Pero además de lo anterior, las grasas pueden brindarnos otros beneficios como:
- Mantener la piel y el cabello saludables
- Absorber vitaminas A,D,E y K
- Mantiene al cuerpo caliente
- Evita la aparición de enfermedades cardiovasculares
- Protege a los órganos internos además de las células
- Mejora la digestión
- Evita el estreñimiento
- Equilibra el sistema hormonal y ayuda a la salud mental
Por lo anterior, si una persona deja de consumir grasas puede ocasionar diversas enfermedades como enfermedades cardiovasculares o mentales, afecciones digestivas, las articulaciones se dañan, la piel se reseca, entre otras señales o dolencias.
Buenas y malas grasas
Ante esto, es lógico pensar que las grasas son parte fundamental para la obtención de una buena salud. Sin embargo, vale la pena mencionar que estas deben consumirse en su presentación o título de Insaturadas (aceites vegetales, aguacates, frutos secos), las cuales se dividen en poliinsaturadas y monoinsaturadas.
Caso contrario, las grasas no recomendadas son:
- Trans: alimentos procesados, galletas, papas fritas, margarinas aderezos para ensaladas
- Saturadas: alimentos de origen animal, leche, queso, aceites de coco y palma
Por todo lo anterior recuerda que las grasas son sumamente importantes a la hora de elegir y optar por una buena alimentación. No olvides, antes de determinar tu dieta, consultar con un especialista los alimentos que van mejor contigo a partir de tus objetivos y metas.
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