Desde el comienzo de la pandemia, las pruebas de detección de infecciones de transmisión sexual (ITS) disminuyeron considerablemente, esto debido a que las restricciones de movilidad, la suspensión de actividades, así como por la priorización del sistema de salud a pacientes con COVID-19.
Como consecuencia, hubo un incremento en el riesgo de nuevas infecciones sexuales, como la gonorrea, sífilis, VIH, hepatitis, entre otras. Sin embargo, existe un déficit en la contabilidad de nuevos diagnósticos, como causa de la actual crisis sanitaria. Esto ha traído la resistencia de bacterias, como la que provoca la supergonorrea.
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¿Qué es la supergorrea?
En términos prácticos, se trata de una cepa de la bacteria que provoca la gonorrea pero más resistente a los tratamientos tradicionales. En la actualidad, es difícil identificar a la supergonorrea de una normal; por lo general se diferencia después de haber iniciado un tratamiento, pues no hay grandes diferencias en sus síntomas.
De la misma manera que la gonorrea común, la supergonorrea se puede identificar por una secreción genital espesa de color verde o amarillo, así como dolor al orinar.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), durante de 2020 aumentó el uso de antibióticos entre las personas, pues el 71% de los pacientes de COVID-19 que los tomaron, solo el 4% los requería.
Dicha situación derivó en que las infecciones bacterianas sean cada vez más difíciles de tratar, pues poco a poco desarrollan resistencia a los medicamentos convencionales.
En relación con ello, el confinamiento provocó que muchas ITS no hayan sido tratadas de manera adecuada, lo que derivó en malos tratamientos que pudieron terminar hacer que la gonorrea común se convirtiera en una supergonorrea.
Preocupa el aumentan casos de supergonorrea en Reino Unido
En este contexto, la Agencia de Seguridad Sanitaria de Reino Unido informó de tres nuevos casos de supergonorrea, los cuales se suman a otro que se registró a finales de 2021.
Asimismo, el primer caso de supergonorrea se detectó en Reino Unido en 2016, y desde entonces ha habido un total de 12 personas infectadas por esta ITS. Otros casos se han detectado en otros seis países.
Ante ello, los expertos temen que la cepa resistente de la bacteria Neisseria gonorrhoeae, que provoca la supergonorrea, pueda causar problemas de salud graves a largo plazo, según The Telegraph.
En ese sentido, de los tres últimos casos conocidos de supergonorrea en Reino Unido, uno corresponde a una mujer de 20 años, residente en Londres, mientras que los otros dos infectados son una pareja que vive en Midlands.
Pero, pesa a que se están hecho más investigaciones, todavía no se conocen las conexiones entre los casos de la paciente y la pareja, por lo que se sospecha que puede haber más personas infectadas con la supergonorrea.
"Después de un par de años sin ningún caso de esta forma de gonorrea difícil de tratar, ahora hemos visto cuatro casos en los últimos dos meses. Es demasiado pronto para decir si esto será el comienzo de una tendencia a más largo plazo, pero sabemos que las ITS están aumentando en general", dijo la doctora Katy Sinka, jefa de la sección de ITS de la Agencia de Seguridad Sanitaria, UKSHA.
Aún no hay un tratamiento para la supergonorrea
Aunque el antibiótico ceftriaxona es utilizado como tratamiento para la infección por la cepa de gonorrea común, dicho medicamento no funciona con la bacteria Neisseria gonorrhoeae, pues su efecto es nulo con esta variante.
Si bien la gonorrea no pone en peligro la vida de la persona infectada, esta ITS puede causar problemas a largo plazo, como un padecimiento pélvico, infertilidad o embarazos ectópicos, los cuales provocan que el óvulo fertilizado se desarrolle fuera del útero.
Además, el mayor problema de la supergonorrea es que aún no se conoce un tratamiento que se puede emplear como alternativa a la medicina administrada en casos convencionales.
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