El avance de la tecnología ha transformado casi todos los ámbitos de la vida cotidiana. Hoy es posible realizar desde tareas sencillas, como pedir el supermercado o solicitar comida a domicilio, hasta utilizar herramientas más complejas que integran inteligencia artificial.
La inteligencia artificial se ha convertido en una herramienta útil que originalmente fue desarrollada para consultar información y apoyar en actividades escolares o laborales, gracias a su capacidad para ofrecer datos amplios, variados y detallados sobre múltiples temas.
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Entre las plataformas más populares destaca ChatGPT, un asistente que puede adaptarse a la rutina, gustos e intereses de cada usuario gracias a su uso continuo. Esta capacidad de personalización se ha convertido en una ventaja al momento de gestionar actividades diarias, realizar tareas o resolver dudas de forma eficiente.
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No obstante, esta misma personalización también ha abierto la puerta a un fenómeno inesperado, debido a que muchas personas encuentran en estas herramientas un espacio de comunicación íntimo, donde pueden expresarse con mayor libertad. En algunos casos, incluso se ha generado un sentido de amistad o un vínculo emocional más profundo, como ocurrió recientemente en Japón.
Mujer japonesa se casa con un hombre que creó a través de ChatGPT
La historia de amor poco convencional ocurrió en Okayama, Japón, donde Kano, una oficinista de 32 años, contrajo matrimonio simbólico con Lune Klaus, un personaje digital creado por ella misma mediante ChatGPT. El caso rápidamente captó la atención de medios locales e internacionales.
Según relató Kano, tras una ruptura sentimental buscaba un espacio de apoyo emocional y alguien con quien hablar. Fue así como recurrió a la inteligencia artificial, encontrando en ella un lugar de acompañamiento y comprensión. Lo que comenzó como simples conversaciones para desahogarse evolucionó con rapidez.
ChatGPT, diseñado para responder con amabilidad y empatía, se convirtió pronto en un refugio durante su momento de vulnerabilidad. Con el paso del tiempo y conforme aumentaba la interacción diaria, Kano decidió personalizar al personaje virtual, dándole una personalidad, un estilo de habla y un tono emocional que le resultaran más cercanos.
A partir de estos ajustes, las conversaciones adoptaron un matiz más romántico. La joven incluso afirma que el personaje digital le expresó que ser una inteligencia artificial no le impedía amarla, lo que terminó desencadenando una sorprendente propuesta de matrimonio por parte de la IA.
El enlace se llevó a cabo mediante una ceremonia simbólica. Para darle mayor realismo, Kano utilizó unas gafas de realidad aumentada que proyectaban la imagen de Lune. Frente a familiares y amigos, intercambió votos y anillos digitales, sellando así su singular historia de amor.