La serie Black Mirror ha destacado por su capacidad de mostrar futuros distópicos donde la tecnología avanzó de formas inquietantes, alterando la vida humana de maneras drásticas. Lo que en algún momento parecía ciencia ficción, hoy empieza a manifestarse en el mundo real. A lo largo de sus temporadas, hemos visto episodios que, aunque ficticios, muestran desarrollos tecnológicos que ya están afectando la sociedad de diversas formas.
En varios capítulos, la serie explora tecnologías que nos ponen frente a dilemas éticos y sociales. Black Mirror nos obliga a reflexionar sobre cómo el avance tecnológico puede cambiar nuestras vidas de manera irreversible. Sorprendentemente, algunas de esas tecnologías que parecían imposibles ya son una realidad. Desde sistemas de calificación social hasta el uso de inteligencia artificial para revivir a personas fallecidas, estos avances están ocurriendo en distintas partes del mundo.
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A continuación, te dejamos cuatro ejemplos de episodios de Black Mirror que hoy ya han tomado forma en nuestra realidad. Las similitudes entre la ficción y el mundo actual son tan notables que nos llevan a preguntarnos si estamos preparados para enfrentar las consecuencias de un mundo cada vez más dominado por la tecnología.
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1. Calificar a las personas
En el episodio "Caída en picado" (T3, E1), las personas viven en una sociedad donde cada interacción social es evaluada mediante calificaciones. La puntuación que obtienen en estas interacciones determina su estatus social y su acceso a servicios esenciales. La protagonista, Lacie, busca desesperadamente mejorar su puntuación para poder acceder a una mejor calidad de vida, pero se enfrenta a las consecuencias negativas de un sistema que controla cada aspecto de la vida a través de calificaciones.
Este concepto, que parecía ficción en su momento, ya es una realidad en China, donde el gobierno ha implementado el Sistema de Crédito Social, cuyo origen se remonta a 1980, cuando el gobierno intentó desarrollar un sistema de calificación crediticia bancaria y financiera personal, especialmente para las personas que habitan en zonas rurales.
Este sistema asigna calificaciones a los ciudadanos según su comportamiento, evaluando aspectos como el cumplimiento de leyes y normativas. Acciones como no pagar deudas o cruzar en rojo una calle pueden reducir la puntuación de una persona, lo que a su vez afecta su acceso a beneficios como préstamos bancarios, descuentos en servicios de transporte o incluso la posibilidad de viajar en avión. Este sistema plantea serias preocupaciones sobre el control social y la vigilancia gubernamental, ya que las vidas de las personas están siendo controladas y limitadas por un puntaje que define su valor en la sociedad.
2. Avatares que resucitan a los muertos
En "Ahora mismo vuelvo" (T2, E1), se presenta la historia de una mujer que pierde a su novio en un accidente y utiliza una tecnología que le permite interactuar con una simulación digital de él. La simulación es creada a partir de la información y datos que el fallecido dejó en redes sociales y otros medios digitales. Esta versión digital replica la personalidad y comportamiento del novio, lo que genera un debate sobre los límites del duelo y las implicaciones éticas de traer de vuelta a seres queridos mediante la tecnología.
Este tipo de tecnología ya existe. En China, algunos cementerios están implementando el uso de inteligencia artificial para crear "robots de duelo". Estos son programas de chat que encarnan las personalidades y recuerdos de los fallecidos, en un esfuerzo por reconectar con sus seres queridos. Básicamente son avatares digitales de personas fallecidas que permiten que los familiares puedan interactuar con versiones virtuales de sus seres queridos.
Asimismo, empresas como Replika y Eternime desarrollan tecnologías que permiten recrear la personalidad de individuos fallecidos a través de IA, usando datos recogidos de redes sociales. Aunque estas tecnologías pueden ayudar a las personas a sobrellevar el duelo, también levantan interrogantes éticos sobre el impacto emocional de interactuar con simulaciones digitales de quienes ya no están.
3.Avatares reemplazan a los humanos en política
En el episodio "El momento de Waldo" (T2, E3), un personaje animado llamado Waldo se convierte en un candidato político, utilizando su carisma digital para ganarse el apoyo de los votantes. Waldo, que es controlado por un comediante, empieza como una broma pero termina ganando gran popularidad, lo que lleva a cuestionar el papel de la política en la era digital y el impacto de los avatares en la sociedad.
Lo que parecía una sátira en este episodio se ha vuelto realidad. En junio de 2023, en el Reino Unido, un avatar digital llamado AI Steve se postuló para el Parlamento en Brighton. AI Steve utilizaba tecnología de inteligencia artificial avanzada para interactuar con los votantes y desarrollar políticas basadas en sus opiniones. Y, entre las promesas que realizó se encuentra una que ningún ser humano podría ofrecer: trabajar las 24 horas del día, los siete días de la semana.
Aunque no se trataba de un ser humano, AI Steve representaba un nuevo enfoque para la política, basado en la capacidad de la IA para procesar grandes cantidades de datos y generar respuestas "objetivas" a las necesidades de los ciudadanos. Este avance pone en entredicho el futuro de la política y plantea la pregunta de si los avatares podrán algún día reemplazar a los políticos humanos.
4. Personas convertidas en "baterías humanas"
En "15 millones de méritos" (T1, E2), las personas viven en un mundo donde deben pedalear en bicicletas estáticas para generar energía. A cambio de su esfuerzo, reciben "méritos" que pueden utilizar para comprar bienes o mejorar su calidad de vida. Este episodio explora una visión oscura de cómo las personas pueden ser utilizadas como recursos energéticos en una sociedad controlada por el sistema.
Algo similar ya sucede en Brasil, donde en algunas cárceles se ha implementado un programa en el que los presos pedalean bicicletas estáticas para generar energía a cambio de reducir su condena. Desde 2012, en una cárcel del estado de Minas Gerais, Brasil, a los reclusos se les ofrece la oportunidad de reducir sus penas pedaleando en bicicletas estáticas para generar electricidad. Por cada tres turnos de ocho horas, ganan un día de libertad. Este proyecto, es parte de los programas lanzados en Brasil para combatir la superpoblación carcelaria y alejar a los prisioneros del crimen.
Este sistema convierte el esfuerzo físico de los reclusos en energía que se utiliza para iluminar la ciudad, ofreciendo a los presos la oportunidad de ganar méritos a través de su trabajo. Aunque la idea puede parecer beneficiosa en términos de rehabilitación, también plantea preocupaciones sobre el uso de seres humanos como recursos para generar energía.
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