Los meses sin intereses se han convertido en uno de los aspectos o estrategias más usadas por todos los usuarios de tarjetas de crédito. Y es que a menos que quieras adquirir un producto de manera completa y cubrir el costo total en el preciso momento de su compra, este método brinda grandes beneficios y, sobre todo, tiempo para el consumidor.
Sin embargo, y por más beneficioso que parezca esta estrategia o método de pago, lo cierto es que también es importante considerar otros aspectos que pueden crear un efecto negativo en el cliente.
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Por lo anterior, y si estás por adquirir algún producto y te ofrecen la opción de meses sin intereses, aquí te decimos lo que debes considerar antes de aceptarlo.
3 aspectos antes de usar los meses sin intereses
Los famosos y populares meses sin intereses es todo lo que su nombre indica: un esquema de pago que permite a los clientes obtener un producto o servicio de manera inmediata con la oportunidad de pagarlo de manera diferida a través de diversos plazos fijos.
Lo más sobresaliente o característico de este método, que es exclusivo de clientes con tarjetas de crédito, departamentales o de otro tipo, es que los clientes no tienen la obligación de pagar intereses y solo se quedan en mensualidades fijas.
Pero antes de salir corriendo y usar tu tarjeta para llevar a cabo una compra bajo este esquema, considera lo siguiente:
Tu capacidad de pago
A pesar de la gran oferta que tengas en puerta, es importante que conozcas y tengas muy en cuenta tus ingresos y revises tu capacidad de pago para “aventarte este paquete”. Recuerda que este factor asegurará que no tendrás problema de liquidez y podrás afrontar una nueva deuda.
Compara las diferencias de precios
En algunas ocasiones, existe una abismal diferencia si pagas un producto de contado que a meses sin intereses. Por ello, es importante que calcules el costo real de los meses sin intereses para determinar si vale la pena pagar mucho más del precio original.
Medita si es verdaderamente necesario ese producto o servicio
Las promociones suelen jugar un papel trascendental en la captación de una nueva deuda. Y es que por más innecesario que sea un producto, la gente puede endeudarse por la “irresistible” promoción que encontró. Recuerda que lo principal y más importante es determinar si de verdad necesitas ese producto o servicio.
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