En el amplio mundo de las finanzas tecnológicas, hay dos conceptos que la gente debe tener en claro y saber diferenciar al momento de hablar de este ecosistema: Fintech e Instituciones de tecnología financiera (ITF). Aunque los medios han manejado estos términos como sinónimos sin distinción alguna, la realidad es muy diferente de esta práctica.
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¿Qué son las Fintech?
El término Fintech es realmente amplio, pues la definición por sí sola se traduce en financial technology y abarca cualquier proyecto, producto o institución, que ofrezca o tenga relación con el dinero de las personas físicas o morales y que para cuyos fines se valga del uso de la tecnología en cualquier momento de su proceso. Usualmente, las Fintech empiezan como startups o negocios emergentes que buscan cubrir una necesidad financiera: armar un presupuesto, comparar un seguro, guardar el dinero de las personas en una tarjeta o cuenta bancaria virtual.
Por ejemplo: una empresa cuyos servicios son de asesoría financiera en materia de inversión a través de aplicaciones o plataformas web puede ser considerada como una Fintech.
Por otro lado se encuentran las ITF
Mientras que las ITF son solamente aquellas Instituciones de Tecnología Financiera cuya constitución y operación son o serán aprobadas legalmente por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), el Banco de México (Banxico) y la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF).
Con la aprobación de la "Ley Para Regular Las Instituciones de Tecnología Financiera", mejor conocida como Ley Fintech en México, solamente se les puede llamar ITF a las Instituciones de Fondos de Pagos Electrónicos (IFPE) y a las Instituciones de Financiamiento Colectivo (IFC) mejor conocidas como crowdfunding.
Toma en cuenta que solo las ITF se encuentran reguladas y respaldadas por las autoridades financieras de México, mientras que tu dinero u operaciones en cualquier otra institución que se haga llamar Fintech pero no ITF, correrá bajo tu propio riesgo.
sivm