Más de un siglo de cuidado de la piel. Así es la crema Nivea de lata azul, uno de los productos más reconocidos y queridos a nivel mundial, y que en México, se ha ganado el cariño de las mexicanas que la usan y la recomiendan, ya que sus ingredientes hacen que este producto sea prácticamente necesario para nuestra piel.
Creada en 1911 en la ciudad de Hamburgo, Alemania, por el doctor Oscar Troplowitz, quien era un joven farmacéutico, que junto a destacados dermatólogos y científicos de la época, logró el primer acercamiento a la crema de Nivea, mediante la unión de agua y aceite en una emulsión estable.
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Aunque originalmente, se trataba de un producto de uso médico, de inmediato se percataron que estos ingredientes tenían un potencial cosmético. Era la base perfecta de una crema para la piel, además su color fue lo que inspiró su nombre.
Su gran popularidad
La crema Nivea de lata ha sido inmortalizada y es muy popular en México, debido a que ha pasado de generación en generación, por el cuidado que ofrece a la piel. Su fórmula única, es capaz de adaptarse a cualquier necesidad en la piel ya sea desde hidratar la piel hasta calmar la irritación, esta crema es perfecta.
Cabe destacar que su primer versión también venía en lata, pero con un diseño art noveau que el día de hoy solo lo tienen los coleccionistas. Su icónica lata, se introdujo al mercado, una década después y sigue siendo una marca líder en los hogares mexicanas.
¿Cuáles son sus ingredientes?
A pesar de los avances científicos recientes, la crema Nivea de lata azul, no ha alterado su fórmula básica. En sus características encontramos ingredientes con un maravilloso poder de hidratación como el Pantenol, el Eucerit, la lanolina y la Glicerina, entre otros, que aportan una hidratación inigualable para cualquier tipo de piel.
Por si esto fuera poco, Nivea no utiliza ningún tipo de conservadores, texturas o fragancias agregadas a sus productos, por lo que continúa siendo la misma desde su creación.
La crema de Nivea de lata azul, también es ideal para el cuidado del rostro, para la resequedad en codos y rodillas e incluso para darle a tus manos esas suavidad que necesitan.