El día de ayer se informó sobre el plan de WeWork de declararse en quiebra la próxima semana, y aquí en Heraldo Binario te contaremos los detalles del porqué de esta polémica decisión de una de las más famosas empresas de renta de oficinas en todo el mundo, checa aquí todo el suceo.
Para algunas personas tomó por sorpresa la información revelada el día de ayer por el Wall Street Journal, donde afirmaba que la próxima semana WeWork, la startup que llegó a alcanzar una valoración de 47.000 millones de dólares en 2019, se declararía en quiebra, esto debido a los elevados montos de deuda que tiene y las pérdidas del grupo, según una fuente cercana al proceso.
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Tras darse a conocer esta noticia las acciones de WeWork presentaron esta mañana una caída del 50%, de acuerdo con Bloomberg. Aunque hasta el momento la startup de “coworking” no ha hecho ninguna declaración, fuentes familiarizadas al proceso han declarado que WeWork se encuentra considerando acogerse al Capítulo 11 de bancarrota en Nueva Jersey, el cual permite a las empresas seguir operando mientras trazan un plan de pagos de deudas.
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¿Por qué WeWork se declararía en quiebra?
Y es que, aunque anteriormente la startup había comentado que estaba llegando a un acuerdo con sus acreedores, lo cierto es que la empresa no realizó a principio de mes los pagos de intereses de algunos bonos, aunado a que el día de ayer se dio a conocer que había llegado a un acuerdo de indulgencia de siete días con los tenedores de bonos esto después de que se venciera el periodo de gracia anterior.
“La empresa tenía una deuda neta a largo plazo de 2.900 millones de dólares a finales de junio y más de 13.000 millones de dólares en alquileres a largo plazo, en un momento en que el aumento de los costos de los préstamos está afectando al sector inmobiliario comercial”, según información dada a conocer por WeWork.
¿Cuándo comenzaron los problemas de WeWork?
Fue en 2010 cuando Adam Neumann y Miguel McKelvey fundaron WeWork, una startup que ofrecía oficinas compartidas con un modelo de renta de espacios amplios para que las empresas compartieran espacios y experiencias entre ellas, abriendo su primera sede en Nueva York. Este concepto rápidamente se popularizó siendo conocido como “coworking”, ya que no parecían oficinas, sino salas de juegos.
Tan solo en su primer año llegó a conseguir una valoración de 4.600 millones de dólares en 2014, consiguiendo inversionistas como JP Morgan Chase o Masayoshi. No obstante, cuando WeWork salió a la bolsa, y sus finanzas estuvieron abiertas al público, fue cuando los inversionistas se dieron cuenta de los excesivos gastos que mantenía Neumann, por lo que consideraron que era muy arriesgado trabajar con él.
Aunado a que en 2020, varios accionistas pusieron una demanda colectiva debido a que la startup no había respetado los acuerdos que tenían, por lo que todo esto ocasionó que este modelo de negocio ya no fuera redituable para los inversionistas o posibles clientes.