El planeta Tierra enfrenta múltiples desafíos que amenazan su futuro. A los efectos visibles del calentamiento global y la contaminación ambiental, se suma un problema menos perceptible, pero igual de peligroso: la basura espacial. Miles de fragmentos de satélites fuera de servicio, etapas de cohetes y restos de colisiones orbitan constantemente alrededor de nuestro planeta, representando un riesgo creciente para la infraestructura espacial y, de forma indirecta, para la vida en la Tierra. Es por ello que la Agencia Espacial Europea (ESA) está desarrollando la primera misión que busca limpiar estos residuos.
Y es que este escenario ha encendido las alertas en la comunidad científica internacional. Ante el aumento acelerado de satélites en órbita y la falta de mecanismos efectivos para retirar los desechos, la ESA ya trabaja en una solución innovadora: una especie de garra espacial capaz de capturar basura orbital y retirarla de forma segura. Este proyecto no solo busca limpiar el espacio, sino evitar un futuro colapso tecnológico que podría afectar comunicaciones, navegación y sistemas de observación terrestre.
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¿Qué es el proyecto ClearSpace-1?
ClearSpace-1 es la primera misión de la Agencia Espacial Europea diseñada específicamente para demostrar cómo retirar activamente un fragmento de basura espacial de la órbita terrestre. Su objetivo es encontrarse con un objeto abandonado, capturarlo mediante brazos robóticos y guiarlo hacia una reentrada atmosférica segura, donde se desintegrará sin representar peligro para la Tierra.
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La misión fue contratada en 2020 como un servicio innovador, liderado por la startup suiza ClearSpace, con sede en Lausana. Tras recibir financiamiento adicional en el Consejo Ministerial de la ESA en 2022, el proyecto avanzó a su fase preparatoria, ahora implementada por un consorcio encabezado por la empresa alemana OHB SE, mientras ClearSpace continúa liderando las operaciones de proximidad y captura.
ClearSpace-1 es una pieza clave del Programa de Seguridad Espacial de la ESA y forma parte del ambicioso enfoque de Cero Residuos, cuyo objetivo es limitar significativamente la generación de basura en las órbitas terrestre y lunar para el año 2030. Según Holger Krag, director de Seguridad Espacial de la ESA, si una misión no logra retirar sus propios residuos al finalizar, deberá ser limpiada activamente mediante vehículos especializados como este.
¿Por qué la basura espacial es peligrosa para la Tierra?
La basura espacial se ha convertido en un problema crítico. Actualmente existen casi 2,000 satélites operativos y más de 3,000 fuera de servicio orbitando la Tierra. En los próximos años, esta cifra podría multiplicarse debido al despliegue de megaconstelaciones con miles de satélites en órbita baja.
El riesgo principal radica en las colisiones. Incluso fragmentos pequeños, al viajar a velocidades extremas, pueden destruir satélites activos y generar un efecto en cascada conocido como síndrome de Kessler, donde cada choque produce más desechos, haciendo el entorno orbital cada vez más inestable. Estudios de la NASA y la ESA coinciden en que, aunque se detuvieran todos los lanzamientos hoy, la cantidad de basura espacial seguiría creciendo sin una eliminación activa.
Es por ello que la ciencia se preocupa porque proyectos como ClearSpace-1, existan. Su primer objetivo será la etapa superior Vespa, abandonada desde 2013 a una altitud de entre 660 y 800 kilómetros. Este objeto, de unos 100 kg, será capturado por cuatro brazos robóticos y desorbitado de forma controlada. Para los expertos, este hito marcará el inicio de una nueva era en la protección del espacio.
En palabras de la ESA, limpiar el espacio es tan urgente como lo sería retirar barcos hundidos si aún flotaran en los océanos. La garra espacial no solo protege satélites, sino que podría convertirse en una herramienta clave para salvaguardar el futuro tecnológico y, en última instancia, el de la humanidad.
Preguntas frecuuentes
¿La basura espacial puede caer a la Tierra?
Sí. Algunos restos reingresan a la atmósfera terrestre. La mayoría se desintegra, pero en casos poco frecuentes fragmentos pueden llegar a la superficie, aunque el riesgo para las personas es bajo.
¿Por qué no basta con dejar de lanzar satélites?
Porque incluso si se detuvieran todos los lanzamientos, las colisiones entre objetos existentes seguirían generando más basura especial, aumentando el problema con el tiempo.
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