A mediados de 2025, el telescopio de sondeo ATLAS de la NASA informó sobre el avistamiento de un nuevo objeto interestelar detectado fuera de nuestro sistema solar, denominado 3I/ATLAS. Desde entonces, astrónomos y científicos de todo el mundo han seguido de cerca su análisis.
Desde su aparición, la NASA ha sostenido que se trata únicamente de un visitante interestelar que no representa ningún peligro para la Tierra; no obstante, las características inusuales de 3I/ATLAS han dividido opiniones dentro de la comunidad científica.
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Uno de los primeros especialistas en examinar las particularidades del objeto fue el profesor de Harvard, Avi Loeb. Con el paso del tiempo, más expertos se han sumado al debate, destacando las irregularidades del cometa en comparación con las características tradicionales de este tipo de cuerpos celestes.
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Aunque 3I/ATLAS ya alcanzó su punto de mayor cercanía tanto al Sol como a la Tierra, investigaciones recientes han detectado un ligero cambio en su trayectoria que lo llevará a aproximarse al planeta Júpiter, reavivando las especulaciones sobre un posible origen tecnológico.
3I/ATLAS: descubren nueva trayectoria del objeto interestelar que podría cambiar las investigaciones
Científicos estiman que el 16 de marzo de 2026 el cometa pasará muy cerca de Júpiter. Ese día, la esfera de Hill —la región alrededor del planeta donde su gravedad predomina sobre la del Sol— tendrá un radio de 53.502 millones de kilómetros.
Este dato ha llamado la atención porque cálculos realizados por más de 230 observatorios indican que la distancia mínima a la que pasará 3I/ATLAS será de 53.445 millones de kilómetros, prácticamente el límite de dicha esfera gravitacional.
La diferencia entre ambas cifras es mínima, de apenas unas décimas, lo que resulta estadísticamente muy improbable para un objeto interestelar que se desplaza sin ningún tipo de control. Esta coincidencia ha llevado a replantear que su trayectoria parece estar ajustada con una precisión extraordinaria.
Loeb se sumó a este análisis y calculó que la probabilidad de que esta alineación ocurra por simple azar es de una entre 26 mil. Para algunos investigadores, este nivel de precisión abre dos posibles interpretaciones: la existencia de fenómenos físicos aún desconocidos o un ajuste deliberado en la trayectoria, lo que apuntaría a una forma de tecnología avanzada.
Asimismo, especialistas han comenzado a considerar la posibilidad de que 3I/ATLAS pueda quedar atrapado en la órbita de Júpiter. Este escenario dependería de un factor crítico: que su aproximación final al gigante gaseoso sea ligeramente mayor a la prevista por los modelos actuales.
Si el objeto fuera de origen natural, su captura sería un evento excepcional; en contraste, si se tratara de un artefacto tecnológico, este comportamiento podría sugerir un objetivo deliberado, abriendo nuevas líneas de investigación sobre este enigmático visitante interestelar.