Tanto la NASA como otras agencias espaciales, entre ellas la Agencia Espacial Europea (ESA), destinan recursos específicos a la exploración del espacio; por ello, cuando se detecta un cuerpo estelar inusual, se emite de inmediato una alerta para su análisis oportuno.
En 2017 se identificó el primer objeto proveniente del exterior de nuestro sistema solar, conocido como ‘Oumuamua, seguido por 2I/Borisov en 2019. Posteriormente, a mediados de 2025, el telescopio de sondeo ATLAS de la NASA informó la detección de un nuevo cometa denominado 3I/ATLAS.
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Gracias a la trayectoria hiperbólica de su órbita, los astrónomos clasificaron a 3I/ATLAS como un objeto interestelar, ya que no está gravitacionalmente ligado al Sol. El análisis de su trayectoria previa confirmó que su origen se encuentra fuera de nuestro sistema solar.
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De acuerdo con la NASA, el cometa se formó en otro sistema solar y fue expulsado al espacio interestelar, donde permaneció durante millones —e incluso miles de millones— de años antes de llegar a nuestra vecindad cósmica. Su aproximación ocurrió desde la dirección general de la constelación de Sagitario.
Punto más cercano al Sol
El jueves 30 de octubre de 2025, el cometa 3I/ATLAS alcanzó su perihelio, es decir, el punto más cercano al Sol. En ese momento se ubicó a una distancia de 1.36 unidades astronómicas, equivalente a unos 203 millones de kilómetros, logrando sobrevivir al intenso calor generado durante su paso.
3I/ATLAS: ¿qué pasará con la Tierra después del 19 de diciembre?
Desde su detección, la trayectoria, propiedades y comportamiento de 3I/ATLAS han sido analizados por la comunidad científica a nivel mundial. La siguiente fecha clave es el 19 de diciembre, cuando el cometa alcanzará su máxima aproximación a la Tierra, a una distancia de aproximadamente 270 millones de kilómetros.
Antes de que finalice el año, el cometa habrá completado su acercamiento a nuestro planeta. La NASA ha aclarado que este objeto interestelar no representa ningún peligro, ya que no se aproximará a menos de 1.6 unidades astronómicas, una distancia suficiente para descartar cualquier riesgo o efecto gravitacional significativo sobre la Tierra.
Otro factor que garantiza la seguridad es que, debido a su trayectoria hiperbólica, el cometa 3I/ATLAS no regresará. Tras alcanzar su punto más cercano a la Tierra, continuará su viaje por el espacio interestelar, alejándose de forma definitiva de nuestro sistema solar.