Será el 19 de diciembre 2025 cuando el cometa interestelar 3I/ATLAS haga su aproximación más cercana a nuestro planeta y aunque no representa ninguna amenaza para nosotros, algunos científicos han planteado escenarios hipotéticos de qué pasaría si el objeto impacta contra la Tierra.
De acuerdo con los expertos, un impacto de alta velocidad del 3I/ATLAS contra la Tierra haría que el cometa interestelar expulse cantidades masivas de polvo y de escombros a la atmósfera, lo que podría bloquear la luz del Sol y dejarnos en completa oscuridad por semanas o hasta meses, lo que tendría un impacto directo en actividades como la agricultura.
Otros riesgos para la Tierra en caso de que el cometa interestelar impactara contra ella serían un descenso pronunciado en las temperaturas, así como la producción de lluvia ácida dañina para los humanos, animales y plantas. Asimismo el bloqueo de la luz solar podrían afectar a los ecosistemas a nivel mundial.
El 3I/ATLAS es el tercer objeto interestelar conocido que entra en nuestro Sistema Solar, después de ?Oumuamua (2017) y 2I/Borisov (2019). El cometa tiene una órbita hiperbólica, lo que confirma su origen externo a la Vía Láctea. Si bien su trayectoria está bien analizada y no representa una amenaza, imaginar una colisión directa ayuda a comprender las posibles consecuencias que las grandes rocas como esta tendrían en la Tierra.
¿Qué consecuencias globales inmediatas experimentaría la Tierra si el cometa interestelar impactara?
Si un objeto del tamaño de 3I/ATLAS colisionara con la Tierra, el impacto inmediato sería catastrófico. Los científicos estiman que incluso un cometa pequeño de varios cientos de metros de diámetro podría generar una explosión equivalente a múltiples bombas nucleares, desencadenando ondas de choque masivas, incendios y destrucción a lo largo de cientos de kilómetros. Las regiones costeras también podrían sufrir mega tsunamis, dependiendo del lugar del impacto.
Se estima que el 3I/ATLAS es más pequeño que 'Oumuamua. La mayoría de los objetos interestelares que atraviesan nuestro Sistema Solar son diminutos, lo que reduce la probabilidad de una colisión catastrófica, sin embargo, las agencias espaciales rastrean estos objetos de cerca utilizando telescopios como Pan-STARRS y ATLAS para calcular órbitas precisas.
Los eventos históricos pasados ofrecen información sobre posibles consecuencias que el impacto de un cometa o asteroide como el 3I/ATLAS tendría en la Tierra.
Para muestra, el evento de Tunguska que sucedió en 1908 y arrasó miles de kilómetros cuadrados de bosque en Siberia o el meteorito de Cheliábinsk (2013) que causó daños a más de 1,000 personas con ondas de choque.
Ambos fueron pequeños en comparación con el impacto de un cometa interestelar a gran escala, pero ilustran que incluso objetos relativamente pequeños pueden causar devastación local. Un impacto directo de un objeto del tamaño de 3I/ATLAS escalaría estos efectos a nivel global.
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