Por primera vez en la historia, Marte dejó de ser solo “el planeta rojo y polvoriento” para mostrarse también como un mundo con actividad eléctrica.
Un equipo de científicos confirmó que el róver Perseverance de la NASA detectó pequeñas descargas en la atmósfera marciana, algo así como “mini-rayos” generados por remolinos de polvo y tormentas locales.
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El hallazgo se publicó en la revista Nature y se basa en 28 horas de grabaciones de audio y mediciones electromagnéticas recopiladas durante dos años marcianos en el cráter Jezero, donde opera el róver desde 2021.
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En total, se identificaron 55 eventos eléctricos, casi todos durante los días más ventosos, cuando los llamados diablos de polvo barren la superficie de Marte.
Mini-rayos en Marte: qué detectó Perseverance
Los científicos no están hablando de relámpagos gigantes como los que vemos en la Tierra, sino de descargas muy pequeñas, de apenas unos centímetros, comparables a una chispa de electricidad estática.
El instrumento SuperCam de Perseverance —que normalmente dispara láser a las rocas y escucha el sonido del impacto— registró señales eléctricas acompañadas de un crujido muy característico, similar a un pequeño chasquido entre el viento.
Estas descargas se producen por triboelectricidad: cuando diminutos granos de polvo chocan entre sí dentro de los remolinos, acumulan carga eléctrica que de pronto se libera en forma de arcos diminutos.
En Marte, donde la atmósfera es muy delgada y está cargada de dióxido de carbono, se necesita menos energía para que aparezca una chispa que en la Tierra, lo que hace que este tipo de fenómenos sean más probables durante las tormentas de polvo.
¿Debemos preocuparnos por el clima marciano en futuras misiones?
Aunque la palabra “rayo” suena dramática, la energía de estos mini-rayos es muy baja: las estimaciones apuntan a valores miles de veces menores que la energía necesaria para encender un simple LED durante un segundo.
No representan un peligro directo para futuros astronautas, pero sí podrían afectar a equipos muy sensibles, como sensores, antenas o electrónica expuesta en la superficie.
En el plano científico, el descubrimiento abre una nueva línea de investigación sobre la química de la atmósfera de Marte.
Las descargas eléctricas pueden desencadenar reacciones químicas que transforman gases y partículas en compuestos más complejos, algo clave para entender el clima, el ciclo del polvo e incluso la habitabilidad pasada o futura del planeta.
Con esta evidencia, Marte se suma a la lista de mundos con actividad eléctrica confirmada, junto con la Tierra, Júpiter y Saturno.
Preguntas frecuentes
- ¿En Marte hay rayos como los de la Tierra?
No. Lo que se ha detectado son descargas muy pequeñas, de pocos centímetros, asociadas a remolinos y tormentas de polvo. No se han observado relámpagos grandes ni tormentas eléctricas espectaculares como las terrestres.
- ¿Cómo detectó la NASA estos “mini-rayos”?
El róver Perseverance utilizó el micrófono y los sensores del instrumento SuperCam para registrar sonidos y señales electromagnéticas. Al analizar 28 horas de audio a lo largo de dos años marcianos, los científicos identificaron 55 chasquidos compatibles con descargas eléctricas.
- ¿Pueden estos fenómenos dañar futuros hábitats o trajes espaciales?
Por sí solos no son letales, pero las descargas podrían interferir con equipos electrónicos sensibles. Por eso, la NASA y otras agencias espaciales tendrán que considerar esta actividad eléctrica al diseñar róvers, instrumentos y futuras bases habitadas en Marte.
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