La Universidad Técnica de Múnich (TUM) reveló un hallazgo que promete cambiar nuestra percepción del tiempo en el planeta Tierra y redefinir los sistemas de medición a los que nos hemos acostumbrado durante siglos.
Y es que hay fenómenos que suceden cada día que son tan pequeños que pasan desapercibidos para cualquier persona, pero no para los científicos.
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Evidencia de ello, es el reciente hallazgo que realizaron los expertos de la TUM.
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¿En qué fecha aumentará la duración de los días en la Tierra?
Un estudio liderado por expertos de dicho centro educativo reveló que la interacción lunar produce una leve protuberancia en la forma de la Tierra, afectando directamente la duración de nuestros días.
El descubrimiento lo hicieron usando tecnología láser de vanguardia para registrar las fluctuaciones imperceptibles en la rotación del planeta.
Sus resultados arrojaron que hay un incremento de 6 milisegundos en la extensión diaria cada dos semanas.
Este fenómeno, en apariencia insignificante, acumula un aumento estimado de 1.7 segundos en la duración de los días cada 100 años. Si bien estos cambios pueden parecer imperceptibles en nuestra vida cotidiana, al proyectarlos hacia el futuro para medir las consecuencias que podría tener, se revela que importa más de lo que se piensa.
La suma de estos microincrementos nos llevará hacia un futuro en el que los días se extenderán hasta alcanzar las 25 horas. Sin embargo, eso sucederá en 200 millones de años.
¿Qué relación hay entre la rotación terrestre y el tiempo?
La rotación de la Tierra es un fenómeno fundamental pues es lo que impulsa la sucesión de días y noches. Además, es esencial para comprender los fenómenos naturales que nos rodean.
Cuando se ve desde el Polo Norte, la Tierra gira en dirección contraria a las agujas del reloj; si se observa desde el Polo Sur, gira en dirección de las agujas del reloj. Esto sucede a una velocidad promedio de1,670 kilómetros por hora, completando una rotación cada 24 horas, que es lo que define un día solar.
Este movimiento es crucial para la distribución de la luz solar en la superficie del planeta, determinando los patrones climáticos, las estaciones del año y los ciclos naturales. Además, influye en la formación de fenómenos atmosféricos como los vientos, las corrientes oceánicas y los sistemas climáticos globales.