Un reciente estudio arqueológico ha revelado el misterio que rodeaba la caída de una de las civilizaciones más enigmáticas de la antigüedad: Teotihuacán. Investigadores de renombre internacional han revelado que cinco megaterremotos, de una magnitud sin precedentes, fueron responsables de la destrucción de esta majestuosa ciudad prehispánica.
Teotihuacán, ubicada en el Valle Central a unos 40 kilómetros de la Ciudad de México, fue un epicentro cultural entre los años 200 y 650 después de Cristo. Durante este tiempo, floreció como una ciudad-estado influyente que ejerció su poder sobre otras civilizaciones de Mesoamérica. Su imponente arquitectura, que incluye la emblemática Pirámide del Sol, la Pirámide de la Luna y el Templo de la Serpiente Emplumada, sigue siendo testigo del esplendor de su antiguo esplendor.
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¿Qué provocó la caída repentina de Teotihuacán?
Sin embargo, un misterio perduró durante siglos: ¿qué provocó la caída repentina de esta gran metrópolis? Ahora, gracias a un estudio llevado a cabo por un equipo de expertos, se ha propuesto una nueva teoría. Según los hallazgos, cinco megaterremotos golpearon repetidamente la región, desencadenando una cadena de eventos catastróficos que llevaron al colapso de Teotihuacán.
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Los investigadores explican que al menos dos de estos terremotos superaron los 8,5 puntos en la escala de magnitud de momento, un nivel de intensidad que rivaliza con el devastador terremoto de 2011 en Tohoku, Japón. Esta revelación sugiere que la región experimentó un fenómeno sísmico de una magnitud que rara vez se ha registrado en la historia.
"Los megaterremotos repetitivos de la costa del Pacífico pueden ser responsables del patrón de daño a los edificios", afirman los expertos.
Esta teoría, que complementa otras explicaciones sobre el colapso de Teotihuacán, sugiere que la sucesión de desastres naturales exacerbó las tensiones internas y el malestar social dentro de la ciudad, llevándola finalmente a su ruina.
La importancia de este descubrimiento va más allá de la mera comprensión de la historia antigua. Ofrece una perspectiva única sobre la fragilidad de las civilizaciones humanas frente a los caprichos de la naturaleza. Además, plantea nuevas preguntas sobre cómo los eventos naturales pueden influir en la dinámica social y política de las sociedades antiguas y modernas por igual.
A medida que los arqueólogos continúan desenterrando los secretos enterrados bajo las ruinas de Teotihuacán, la historia de esta civilización perdida se vuelve más fascinante y compleja. El legado de Teotihuacán, ahora marcado por la sombra de los megaterremotos, sigue siendo un recordatorio impactante de la impermanencia de las grandes obras humanas frente al poder implacable de la naturaleza.
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