Una tormenta geomagnética causada por una eyección de masa coronal (CME) del Sol impactará la Tierra, desencadenando posibles auroras boreales y efectos en diversas tecnologías, según advierten meteorólogos estadounidenses. Esta tormenta es parte de un ciclo natural del Sol que se intensifica aproximadamente cada 11 años, cuando su actividad magnética alcanza su punto álgido.
¿Qué es una tormenta geomagnética?
Una tormenta geomagnética ocurre cuando el plasma solar y su campo magnético, expulsados durante una eyección de masa coronal, alcanzan la magnetosfera de la Tierra. Esto genera una interacción que puede tener varios efectos en nuestro planeta. Entre ellos, la aparición de auroras boreales, que son visibles en las zonas más al norte del planeta, pero que en casos excepcionales pueden llegar a latitudes más bajas.
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De acuerdo con el Centro de Predicción Meteorológica Espacial de Estados Unidos, esta eyección de masa coronal viaja a una velocidad impresionante de 4 millones de kilómetros por hora, y se espera que impacte a la Tierra en la mañana del jueves 10 de octubre. Aunque este tipo de eventos solares no son poco comunes, el nivel de intensidad actual es lo que llama la atención.
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Nivel de alerta: G4
El sistema de clasificación para tormentas geomagnéticas varía del nivel G1 (menor) al G5 (extremo). En este caso, los meteorólogos han emitido una vigilancia de tormenta geomagnética de nivel G4, lo que implica una tormenta severa, aunque no tan extrema como la registrada en mayo de 2024, que alcanzó el nivel G5, el máximo posible.
Es importante destacar que, aunque se trata de una tormenta fuerte, el resultado final puede variar. Las predicciones más exactas solo se pueden obtener unos 15 o 30 minutos antes del impacto, cuando la tormenta cruce por los satélites de seguimiento que monitorean el fenómeno.
¿Qué efectos puede tener?
Las tormentas geomagnéticas pueden generar interferencias en las señales de satélite, incluyendo aquellas utilizadas para radio, GPS y sistemas de telecomunicaciones. Las empresas que gestionan la red eléctrica, sobre todo en América del Norte, ya han sido alertadas para tomar medidas preventivas y mitigar posibles interrupciones.
Además, este tipo de tormentas puede interferir en la navegación aérea y en las operaciones de satélites en órbita. La Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA) ya está en alerta, especialmente en un contexto de presión debido a las consecuencias de los recientes huracanes Helene y Milton.
Uno de los efectos más espectaculares de una tormenta geomagnética es la aparición de auroras boreales, esos coloridos espectáculos luminosos en el cielo nocturno. Durante la tormenta prevista para el 10 de octubre, las auroras podrían ser visibles más al sur de lo habitual, llegando posiblemente hasta el norte de California o Alabama en Estados Unidos, dependiendo de la intensidad de la tormenta.
Los expertos sugieren que los mejores lugares para observar este fenómeno serán aquellos alejados de las luces de las ciudades, donde los cielos estén lo más oscuros posible. Aunque en algunos casos el ojo humano no logre percibir completamente las auroras, las cámaras digitales actuales, especialmente en teléfonos móviles, podrían capturar imágenes detalladas del fenómeno.
Aunque la tormenta geomagnética no representa una amenaza directa para la vida, sus efectos en las infraestructuras tecnológicas pueden ser significativos. Las autoridades y empresas de telecomunicaciones, así como las compañías eléctricas, están tomando precauciones. Por su parte, la NASA y otras agencias espaciales están vigilando de cerca el comportamiento de la tormenta para prever cualquier interrupción en sus operaciones.
Por lo tanto, es importante estar atento a las actualizaciones meteorológicas y cualquier recomendación de las autoridades en cuanto a la navegación GPS y el uso de sistemas de telecomunicaciones en las horas cercanas al impacto.
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