El Telescopio Espacial James Webb de la NASA está dejando a todos los astrónomos boquiabiertos con su asombrosa capacidad para revelar detalles precisos del flujo de salida de una estrella joven, en particular, Herbig-Haro 211, estas estrellas aún se encuentran en el corazón de las nubes moleculares que las vieron nacer, rodeadas de gas y polvo que oscurecieron su visión.
Una de las características más destacadas del Telescopio Espacial James Webb es su capacidad para observar en el entorno más cercano, lo que lo convierte en una herramienta invaluable para estudiar estrellas recién nacidas y sus flujos, pues la emisión infrarroja atraviesa este obstáculo, y es aquí donde el Webb demuestra su valía gracias a los instrumentos con los que cuenta.
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La imagen obtenida de Herbig-Haro 211 revela una salida de una protoestrella de Clase 0, es decir, una estrella en sus primeros estados de formación, un verdadero análogo infantil de nuestro Sol, recalcó la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA).
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Pero lo que realmente asombra es la resolución de esta imagen, que es de aproximadamente 5 a 10 veces mayor que cualquier imagen previa de HH 211.
¿Qué significa la imagen captada por el Webb?
La imagen muestra una serie de arcos de choque que se extienden hacia el sureste y el noroeste, así como un estrecho chorro bipolar que los impulsa. Lo que hace que esta escena sea aún más intrigante es la simetría especular con la que el chorro interior se "menea" a ambos lados de la protoestrella central.
Según la información revelada por la NASA, este hallazgo sugiere la posibilidad de que la protoestrella sea, en realidad, una estrella binaria no resuelta, un fenómeno intrigante en la formación estelar.
Misterios espacial al fin revelado
El Telescopio Espacial James Webb también permitió a la comunidad de investigadores determinar que el flujo de salida de Herbig-Haro 211 es relativamente lento en comparación con protoestrellas más evolucionadas con flujos similares.
Las mediciones indican velocidades de aproximadamente 48 a 60 millas por segundo para las estructuras de salida más internas, pero la diferencia de velocidad entre estas secciones y el material principal con el que chocan es notablemente menor. Este dato crucial ha llevado a la conclusión de que las emisiones de estrellas jóvenes, como la del centro de HH 211, están compuestas principalmente de moléculas, dado que las velocidades de las ondas de choque no son lo suficientemente energéticas como para dividir las moléculas en átomos e iones más simples.
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