INVESTIGACIÓN

¿Por qué las groserías nos ayudan a soportar el dolor?

Maldecir genera una respuesta contra el estrés, un reflejo defensivo

¿Por qué las groserías nos ayudan a soportar el dolor?.Repetir una mala palabra durante un desafío con agua helada, produce un aumento en la frecuencia cardíacaCréditos: Especial
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Decir groserías no es tan malo como todos creen, el estigma que tienen estas “palabrotas” se liga a falta de educación, pero hay ocasiones en las que las situaciones que nos enfrentamos nos obligan a recurrir a este tipo de lenguaje altisonante.

El psicólogo Richard Stephens, líder del Laboratorio de Investigación en Psicobiología en la Universidad Keele, en el Reino Unido, efectuó una investigación sobre los efectos de las groserías, en la que reveló que este tipo de lenguaje es benéfico al tener un efecto analgésico.

Mediante un estudio con 67 personas, descubrió que las palabras altisonantes ayudan a la resistencia, además de ayudar a sobrellevar el dolor, indicó el especialista durante una entrevista para CNN.

Stephens señaló que maldecir genera una respuesta contra el estrés que activa un reflejo defensivo en el organismo, afectando la generación de químicos como la adrenalina y aumenta el ritmo cardiaco, respiración, lo que prepara al cuerpo para enfrentarse a la adversidad.

"Eso tendría sentido desde el punto de vista evolutivo, porque serás mejor luchador y mejor corredor si no te frenan las preocupaciones por el dolor", compartió el especialista.

De acuerdo con el estudio, la reacción fisiológica llamada respuesta analgésica, “desencadena una respuesta emocional en el interior (...) que lleva consigo una reducción del dolor inducida por el estrés".

En un texto publicado en The Conversation, el profesor Stephens ejemplificó su estudio con una prueba dirigida a un amigo cercano, que durante su trayecto en bicicleta maldecía en los momentos de más exigencia y tenía como resultado un efecto reparador que lo ayudaba a continuar con su trayecto.

“De hecho, esta investigación demuestra que repetir una mala palabra durante un desafío con agua helada, produce un aumento en la frecuencia cardíaca, consistente con un sistema nervioso autónomo excitado, como se ve durante los momentos de estrés agudo”, relató.

Experimento en bicicleta

Uno de los experimentos del profesor llevó por nombre “Infierno sobre ruedas” y consistía en que un ciclista aumentara gradualmente el ritmo hasta la velocidad máxima, momento en el que se activa un interruptor que agrega una gran resistencia para que los próximos 30 segundos de esfuerzo sean más complicados.

Los participantes realizaron la prueba dos veces: 

En el primer caso repitieron una palabrota durante esos 30 segundos de alta intensidad y en otra ocasión repitieron una palabra neutral. Curiosamente, los voluntarios produjeron un aumento del 4.6% en la potencia máxima (potencia ejercida durante los primeros cinco segundos) y un aumento del 2.8 % en la potencia media al maldecir. Los resultados de esta prueba proporcionaron información al académico para avanzar en su investigación, misma que continúa hasta este año.

El psicólogo lanzó una convocatoria para un nuevo estudio “Usos y beneficios de maldecir”, en la página se puede leer la invitación del equipo de la Universidad de Keele “estamos buscando voluntarios para participar en un estudio con el objetivo de ampliar nuestra comprensión de las palabrotas”.