La antigua moneda de 5 centavos conocida como “La Corregidora”, emitida por el gobierno de México entre 1954 y 1974, ha ganado protagonismo entre coleccionistas de numismática por su valor histórico y por representar a una de las figuras más relevantes del movimiento independentista: Josefa Ortiz de Domínguez. Si bien esta moneda valiosa aún puede encontrarse a bajo precio, su cotización puede aumentar considerablemente si se conservan ciertos aspectos clave de su integridad.
Aunque la valiosa moneda fue acuñada en grandes cantidades y con materiales de uso común, existen antiguas monedas que logran alcanzar precios mucho más altos que su valor nominal gracias a su estado de conservación y otros factores que elevan su atractivo para los coleccionistas. Especialistas del sector han identificado al menos cuatro aspectos esenciales que deben ser atendidos para preservar su calidad original y asegurar una posible venta a mejor precio en el mercado numismático.
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¿Qué cuidados tener para conservar tu moneda antigua de 5 centavos de La Corregidora y venderla?
Como cuidado fundamental evitar el desgaste por manipulación constante. El roce de la moneda antigua contra otras superficies, como otras piezas metálicas o bolsillos, provoca la pérdida progresiva de detalles en el relieve, especialmente en el rostro de la Corregidora y en las inscripciones que rodean la imagen. Las monedas que han conservado su diseño nítido, con bordes definidos y sin señales de fricción, son mucho más valoradas por los coleccionistas.
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Un segundo punto importante es la ausencia de limpieza abrasiva. A pesar de que muchas personas intentan “embellecer” sus monedas valiosas frotándolas con productos químicos, metales o cepillos, esta práctica suele dañar la superficie original y reducir el interés de los compradores especializados. Las monedas mejor cotizadas son aquellas que han sido resguardadas sin alteraciones, incluso si presentan una pátina natural generada por la oxidación del tiempo.
En tercer lugar, se debe evitar la exposición a humedad y temperaturas extremas. El contacto prolongado con ambientes húmedos puede provocar manchas verdes, óxido o corrosión en la aleación metálica de cobre y zinc con la que fue acuñada esta pieza. Por eso, se recomienda almacenarla en condiciones estables, en lugares secos, y preferiblemente en cápsulas protectoras o sobres individuales que impidan el contacto con el aire.
El cuarto cuidado esencial para que valga más en el mundo de la numismática es preservar su forma original sin dobleces ni golpes visibles. Aunque es poco común encontrar estas monedas deformadas, existen casos donde las piezas presentan abolladuras, perforaciones o alteraciones por manipulación indebida. Cualquier daño físico visible reduce significativamente su valor, incluso si la pieza es considerada rara por su año de emisión.
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