La ciencia vuelve a poner los ojos en el espacio ante el próximo acercamiento del objeto interestelar 3I/ATLAS, un cometa que pasará cerca de la Tierra el próximo 19 de diciembre. Y aunque no representa un peligro real, su trayectoria ha sido suficiente para activar uno de los ejercicios de defensa planetaria más ambiciosos coordinados por la NASA y agencias espaciales de todo el mundo.
El paso de 3I/ATLAS ha despertado fascinación entre astrónomos y científicos, no solo por tratarse de un visitante proveniente de fuera de nuestro sistema solar, sino porque ofrece una oportunidad única para poner a prueba los sistemas de monitoreo, comunicación y respuesta ante posibles amenazas espaciales; por lo que lejos de un escenario apocalíptico, estos simulacros buscan fortalecer la capacidad de reacción internacional frente a futuros riesgos, ante el eventual impacto de un cometa o asteroide a futuro.
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¿Existen riesgos por el paso del 3I/ATLAS?
Las agencias espaciales han explicado que el cometa 3I/ATLAS no representa ningún riesgo para la Tierra; incluso la NASA explica que el objeto pasará a una distancia aproximada de 273 millones 588 mil 480 kilómetros del planeta, por lo que se descarta la posibilidad de cualquier tipo de impacto.
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Sin embargo, desde noviembre y hasta enero de 2026, la Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN), una coalición que incluye a la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y más de 23 países, realiza pruebas continuas de defensa planetaria con el objetivo de simular escenarios reales en los que un objeto potencialmente peligroso se acerque a la Tierra y evaluar la capacidad de detección, seguimiento y toma de decisiones.
Estas pruebas permiten entrenar a observatorios y agencias para mejorar la coordinación internacional, utilizando los conocimientos obtenidos a través de la aplicación de la ciencia con el fin de afinar modelos de trayectoria y responder de manera más eficiente ante cualquier amenaza futura. Según la NASA, observar a 3I/ATLAS durante un periodo prolongado es una oportunidad excepcional para perfeccionar estos protocolos.
¿Desde cuándo se piensa en la defensa planetaria?
La defensa de la Tierra ante amenazas espaciales no es una idea reciente. En 2016, la NASA fundó la Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria (PDCO), encargada de rastrear y estudiar asteroides y cometas que podrían representar un riesgo de impacto.
Desde entonces, la agencia ha impulsado programas como el Near-Earth Object Observations Program (NEO) y misiones clave como DART, el mismo que fue puesto a prueba en 2022, logrando con éxito desviar la trayectoria de un asteroide y demostrando que la defensa planetaria es técnicamente posible.
Sin embargo, en el caso de 3I/ATLAS, tanto la NASA como la ESA han utilizado telescopios terrestres en Hawái, Chile y Australia, además de sondas espaciales como Mars Express y el Mars Reconnaissance Orbiter, para triangular su trayectoria. Y pese a que algunos científicos han especulado sobre las características inusuales del cometa, todas las agencias coinciden en que se trata de un objeto sin intervención externa.
Preguntas frecuentes
¿Quién coordina estos ejercicios internacionales de defensa de la Tierra?
La campaña la impulsa la International Asteroid Warning Network (IAWN) con participación de observatorios y agencias (incluida la NASA y la ESA), para mejorar la capacidad global de rastreo y acción en caso de emergencias.
Si el 3I/ATLAS fuera peligroso, ¿podríamos desviarlo?
Hay técnicas demostradas (por ejemplo la misión DART, impacto cinético sobre Dimorphos) que mostraron que es posible alterar la trayectoria de un asteroide, pero la ciencia se ha enfocado en demostrar que la detección temprana es crítica para que estas técnicas sean efectivas.
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