¿La revolución tecnológica del siglo... o una ilusión costosa? En los últimos tres años, la inteligencia artificial (IA) generativa —aquella capaz de crear textos, imágenes, música o código— ha sido presentada como la próxima gran revolución tecnológica. Empresas, gobiernos y medios han apostado por ella como si fuera la solución universal a nuestros problemas.
Se habla de una nueva era, de productividad sin precedentes, de máquinas que reemplazarán a trabajadores humanos. Pero ¿qué pasa si todo esto es una ilusión?
Ed Zitron, periodista especializado en tecnología y autor del artículo “The Hater’s Guide to the AI Bubble”, sostiene que estamos viviendo una burbuja económica tan frágil como peligrosa, alimentada por promesas vacías, gastos descontrolados y una fe ciega en una tecnología que aún no ha demostrado ser rentable. Su punto de vista me ha parecido de lo más interesante (y original) y se lo comparto a continuación.
NVIDIA: el corazón de una economía artificial
En el centro de esta burbuja se encuentra NVIDIA, la empresa que fabrica los chips gráficos (GPUs) necesarios para entrenar y operar los modelos de IA. Su valor de mercado ha crecido de forma vertiginosa, impulsado por la demanda de gigantes como Microsoft, Amazon, Google, Meta y Tesla. Pero Zitron advierte que esta dependencia es peligrosa: si alguna de estas empresas reduce su gasto en IA, el efecto dominó podría afectar a toda la economía estadounidense.
Para ponerlo en perspectiva:
- NVIDIA representa aproximadamente el 7.5% del índice S&P 500.
- Las cinco empresas que nombré arriba —Microsoft, Amazon, Meta, Google y Tesla— representan el 42% de las ventas de NVIDIA.
- Si una de ellas deja de comprar chips a NVIDIA, el impacto podría sentirse en millones de fondos de pensiones, inversiones y ahorros personales.
Gastos descomunales, ingresos mínimos
Las cifras son alarmantes. En 2025, Microsoft, Amazon, Meta, Google y Tesla, juntas, planean invertir más de 560 mil millones de dólares en infraestructura para IA. ¿Y a cuánto ascienden sus probables utilidades conjuntas, y asociadas a la IA? Apenas 35 mil millones.
Microsoft, por ejemplo, generará 13 mil millones de dólares en utilidades por IA, pero 10 mil millones provienen de OpenAI, que usa la nube de Microsoft pagando precios tan bajos que apenas cubren los costos operativos. En otras palabras, la mayoría de ese dinero no es ganancia real.
Amazon gastará 105 mil millones y espera ganar 5 mil millones de dólares. Google invertirá 75 mil millones para obtener 7.7 mil millones. Meta, sin un producto claro que monetice la IA generativa, ha gastado decenas de miles de millones. Tesla y Apple están menos expuestos, pero también han entrado en la carrera.
¿Es esto similar a Amazon Web Services? No exactamente Muchos defensores de la IA comparan esta situación con el nacimiento de Amazon Web Services (AWS), que tardó años en ser rentable. Pero Zitron aclara que AWS ofrecía infraestructura útil y versátil desde el inicio. La IA generativa, en cambio, no tiene un modelo de negocio claro.
Un ejemplo revelador es Cursor, una startup que ofrece programación asistida por IA. Alcanzó 500 millones de dólares en ventas anuales, pero tuvo que cambiar radicalmente su oferta de servicios tras los aumentos de precio de sus proveedores. Hoy, su producto es más limitado, sus usuarios están molestos y su futuro es incierto.
La mentira de los “agentes inteligentes”
Muchas empresas están usando términos como “agentes” para describir funciones que no existen. Un “agente” suena como una IA autónoma capaz de realizar tareas complejas sin supervisión humana. En realidad, se trata de simples chatbots que ejecutan comandos básicos.
Incluso los productos más avanzados, como los de Salesforce o los de OpenAI, fallan en tareas simples más del 40% de las veces. La narrativa de que estas herramientas reemplazarán empleos es, según Zitron, una mentira peligrosa que busca justificar inversiones millonarias con retornos inciertos.
Poca adopción, menos ingresos
Aunque ChatGPT tiene 500 millones de usuarios semanales, solo 15.5 millones pagan por el servicio. Y fuera de OpenAI, no hay ninguna empresa dedicada al IA generativa que haya demostrado ser rentable.
Perplexity, por ejemplo, es un buscador basado en IA que perdió más dinero del que ganó en 2024. Glean, una empresa de búsqueda empresarial, no ha mostrado crecimiento en sus ventas mensuales desde principios de este año, a pesar de haber recaudado cientos de millones en nuevo capital.
Los medios también alimentan la burbuja
Zitron critica el papel de los medios de comunicación, que repiten sin cuestionar las promesas de los ejecutivos tecnológicos. Historias sobre modelos que “piensan” o “toman decisiones” son exageraciones que confunden al público y alimentan la burbuja.
La realidad es que estos modelos no son conscientes, no tienen intención ni autonomía, y su funcionamiento depende de enormes cantidades de datos, energía y supervisión humana. Presentarlos como “inteligencias” capaces de reemplazar humanos es irresponsable.
Una industria obsesionada con el crecimiento
Las empresas tecnológicas, presionadas por los mercados para mostrar resultados cada trimestre, han apostado por la IA como la próxima gran fuente de ingresos. Pero en lugar de construir productos útiles y sostenibles, han creado una industria que consume recursos sin generar beneficios.
La ilusión de actividad económica —comprar chips, construir centros de datos, lanzar productos que nadie usa— es solo eso: una ilusión.
OpenAI y Anthropic: gigantes con pies de barro
OpenAI y Anthropic, los dos principales desarrolladores de modelos lingüísticos gigantes (LLM, en Inglés), pierden miles de millones de dólares al año. Dependen de inversiones constantes y no tienen un camino claro hacia la rentabilidad.
OpenAI, en particular, está en una situación crítica: si no se convierte en una empresa con fines de lucro antes de fin de 2025, perderá gran parte de sus fuentes de financiamiento. Y si lo hace, podría enfrentar conflictos con Microsoft, su principal socio.
- El desprecio por el trabajo humano
Zitron denuncia el desprecio que muchos promotores de la IA muestran hacia el trabajo humano. La idea de que estas herramientas reemplazarán a empleados no solo es falsa, sino que refleja una visión profundamente deshumanizante. En lugar de buscar formas de mejorar la vida de las personas, se promueve una fantasía en la que la tecnología elimina la necesidad de esfuerzo, conocimiento o empatía.
- Una industria que se sostiene en ilusiones
Lo más preocupante, según Zitron, es que esta burbuja no tiene un centro sólido. No hay una tecnología revolucionaria como el Internet o los teléfonos inteligentes detrás de ella. Lo que hay es una serie de herramientas que, aunque interesantes, no justifican el gasto masivo ni las expectativas desmedidas.
Los modelos lingüísticos gigantes (LLM) pueden generar texto, resumir documentos o escribir código, pero lo hacen con errores, inconsistencias y altos costos. Y lo que es peor: no hay evidencia de que estas herramientas estén generando beneficios reales para las empresas que las promueven.
- Una advertencia para todos
La advertencia de Zitron es clara: estamos en una burbuja. Una burbuja sostenida por la esperanza de que la IA generativa se convierta en una industria rentable, a pesar de todas las señales en contra. Si NVIDIA deja de vender tantos chips, si las grandes tecnológicas recortan sus gastos, si los inversionistas pierden la fe, el castillo de naipes podría derrumbarse. Y cuando eso ocurra, millones de personas podrían ver afectadas sus pensiones, sus empleos y su estabilidad financiera.
- ¿Qué podemos hacer como ciudadanos?
Como consumidores, trabajadores y votantes, tenemos derecho a exigir que la tecnología se desarrolle con responsabilidad. Que se nos informe con claridad. Que no se juegue con nuestro futuro por una moda empresarial. La tecnología debería servir a las personas, no engañarlas. Y si queremos un futuro mejor debemos empezar por reconocer que esta burbuja existe, que es peligrosa, y que aún estamos a tiempo de evitar que estalle.
Precio de Bitcoin de hoy
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Por Emilio Carrillo Peñafiel, socio de Pérez Correa-González, abogado especializado en temas de financiamiento, tecnología y fusiones y adquisiciones. X: @ecarrillop | Sitio web: pcga.mx Las opiniones expresadas son personales del autor y no constituyen recomendaciones de inversión; las inversiones en tecnologías novedosas son de muy alto riesgo y cabe la posibilidad de que todos los recursos destinados a ellas podrían perderse.