¿Alguna vez te has preguntado cómo comenzó la vida en la Tierra? Hoy en día existen varias teorías que intentan explicarlo, y entre las más destacadas se encuentran:
La teoría de la abiogénesis, defendida desde la antigüedad por pensadores como Aristóteles, plantea que la vida surgió a partir de materia inanimada, sin intervención de organismos vivos previos.
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La teoría de la sopa primordial, propuesta por Aleksandr Oparin y John Haldane, sugiere que la vida comenzó en un "caldo" químico en los océanos de la Tierra primitiva, donde moléculas orgánicas simples se formaron en la atmósfera y luego se acumularon en cuerpos de agua. Esta teoría fue reforzada por el famoso experimento de Miller y Urey, que logró sintetizar aminoácidos a partir de compuestos inorgánicos bajo condiciones similares a las de la Tierra primitiva.
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La teoría de la panspermia, planteada por Hermann Richter, propone que la vida no se originó en la Tierra, sino que llegó del espacio exterior. Según esta idea, microorganismos o componentes básicos de la vida podrían haber sido transportados por cometas, meteoritos u otros cuerpos celestes.
La teoría del mundo del ARN sugiere que antes de que el ADN se convirtiera en el principal portador de información genética, el ARN desempeñó un papel fundamental en la evolución prebiótica. Este compuesto pudo haber sido capaz de autorreplicarse, actuando como el primer sistema de almacenamiento y transmisión de información genética.
¿Cómo empezó la vida en la Tierra? La NASA prepara una misión para investigarlo
Durante décadas, diversas teorías han intentado explicar cómo surgió la vida en nuestro planeta, ya sea a partir de materia no viva o incluso desde el espacio. Ahora, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio, más conocida como NASA, se prepara para indagar en el tema con una ambiciosa misión llamada Dragonfly.
¿En qué consiste la misión Dragonfly?
Dragonfly será un módulo con hélices —similar a un dron del tamaño de un automóvil— que explorará Titán, la luna más grande de Saturno. Este mundo gélido, cubierto de dunas orgánicas y mares de metano, es considerado un "laboratorio químico natural", ideal para estudiar los procesos que podrían haber dado origen a moléculas complejas, e incluso a los primeros pasos hacia la vida.
Aunque Dragonfly no busca encontrar vida como tal, su objetivo es aún más profundo porque pretende entender la química prebiótica, es decir, cómo se formaron los compuestos que pudieron haber dado lugar a la vida antes de la existencia de cualquier ser vivo. El lanzamiento no está previsto antes de 2028; la misión promete revolucionar nuestra comprensión sobre el origen de la vida, no solo en nuestro planeta, sino en el universo.
El principal destino será el cráter Selk, una zona donde se cree que, tras el impacto de un asteroide, pudo haberse formado agua líquida por un tiempo prolongado. Esta mezcla de agua con compuestos orgánicos podría haber generado una especie de “sopa química”, similar a la que, según algunas teorías, dio origen a la vida en la Tierra.