El creciente interés por la numismática llevó a muchas personas a buscar lugares para vender monedas antiguas. Este fenómeno ha sido impulsado por la difusión de información en redes sociales y plataformas digitales, donde se afirma que ciertos billetes y monedas pueden alcanzar altos valores en el mercado de coleccionistas. Como resultado, numerosos entusiastas han acudido a distintas instituciones bancarias con la expectativa de vender su colección a precios elevados.
Uno de los bancos más mencionados en estos espacios es Banco Azteca, donde los nuevos aficionados a la numismática intentan comercializar sus monedas antiguas. Sin embargo, la falta de información clara sobre los criterios que sigue la institución para la compra de monedas ha generado confusión entre los interesados. Muchos de ellos llegan con la esperanza de recibir grandes sumas de dinero por piezas que, en realidad, no tienen un valor especial dentro de la política de compra del banco.
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¿Cuánto paga Banco Azteca por mis monedas antiguas en 2025?
Banco Azteca precisa que la única moneda antigua que adquiere es la onza de plata, la cual es comprada en aproximadamente 700 pesos, dependiendo de su cotización en el mercado. Esto significa que las monedas de otros metales, incluso aquellas conmemorativas o de ediciones pasadas, no son aceptadas para su compra. La entidad financiera basa esta decisión en la liquidez y demanda del metal precioso, en contraste con otras monedas que no tienen un valor comercial significativo para la institución.
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Esta política de Banco Azteca genera desconcierto entre quienes intentan vender piezas que han conservado durante años, bajo la idea de que podrían representar una fuente de ingresos considerable. No obstante, expertos en numismática señalan que las monedas con alto valor suelen ser adquiridas por coleccionistas o casas especializadas, más que por instituciones bancarias que operan bajo criterios distintos.
Ante este panorama, algunos vendedores han optado por explorar otras alternativas para comercializar sus monedas antiguas, recurriendo a mercados especializados, subastas en línea o tiendas numismáticas. En estos espacios, el valor de cada pieza se determina en función de factores como rareza, conservación y demanda dentro del ámbito de coleccionismo.
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