La planificación para el retiro es una preocupación importante para muchos, y una de las claves para lograr una jubilación tranquila es el ahorro a largo plazo. Sin embargo, la pregunta crucial siempre es: ¿cuánto y cómo debemos ahorrar para alcanzar esa seguridad económica? En los últimos años, un método conocido como la “fórmula Greene” ganó popularidad al ofrecer una guía clara y sencilla para estructurar los ahorros de manera efectiva, asegurando que al llegar la jubilación no se presenten sobresaltos financieros.
La fórmula Greene, lanzada hace apenas cuatro años, ha sido un éxito entre aquellos que buscan una manera eficiente de planificar su retiro. Aunque hay muchas maneras de ahorrar, este método destaca por su enfoque en el ritmo de ahorro según la edad y el ingreso de cada persona.
El objetivo es que el ahorrador siga un camino claro y alcanzable a lo largo de su vida laboral, ajustando sus metas a medida que crece su salario. Este sistema, aunque parece sencillo, exige disciplina y constancia, dos cualidades fundamentales en cualquier plan financiero.
Kimmie Greene, quien popularizó esta fórmula desde su puesto en el departamento de marketing de Intuit, hexplicó que su método no solo es útil por la cantidad que se debe ahorrar, sino por el enfoque que pone en hacerlo a un ritmo sostenible. La idea central es que, a través de metas claras, las personas puedan lograr una jubilación sin dificultades, con ahorros acumulados que permitan vivir sin preocupaciones económicas en la vejez.
¿Qué es el método o fórmula Greene?
El método propuesto por Greene se basa en dos factores clave: el salario bruto anual y la edad del ahorrador. Greene sugiere que lo ideal es comenzar a ahorrar lo antes posible, preferentemente entre los 20 y 25 años, cuando la mayoría de las personas ingresan al mercado laboral. Durante esta etapa, el consejo es ahorrar el 25% del salario bruto anual y vivir con el 75% restante. Más allá de la cantidad acumulada en los primeros años, lo esencial es establecer el hábito de ahorrar de manera constante.
Este primer paso es crucial porque sienta las bases para el éxito a largo plazo. La fórmula Greene establece metas claras a lo largo del tiempo, con hitos cada cinco años. Por ejemplo, a los 30 años, el objetivo es haber ahorrado el equivalente a un salario anual; a los 35, el doble de ese sueldo; y a los 40, el triple. Siguiendo esta pauta, al llegar a los 65 años, la edad aproximada de jubilación, una persona debería haber acumulado el equivalente a ocho salarios anuales.
Las cuatro fases de la fórmula creada por Kimmie Greene
La fórmula Greene se desglosa en cuatro fases, cada una marcada por metas parciales. Estas metas se basan en la cantidad de salario anual que se debería haber ahorrado en un momento dado:
- A los 30 años: El ahorro debe equivaler a un salario anual.
- A los 35 años: El ahorro debe alcanzar el doble del salario anual.
- A los 40 años: El ahorro debe ser el triple del sueldo.
- A los 50 años: Los ahorros deberían ser cinco veces el salario anual.
Siguiendo este esquema, una persona debería tener al menos ocho salarios anuales acumulados para los 65 años, lo que le permitiría tener una jubilación estable.
Aunque la fórmula Greene establece metas claras, también permite cierto grado de flexibilidad. Greene recalca que no es necesario seguir el plan de manera estricta en todos los momentos de la vida. Si bien es importante tener un objetivo final y cumplir las metas parciales, también es posible ajustar el ritmo de ahorro durante los años buenos para compensar aquellos en los que los ingresos se vean reducidos. Además, factores como herencias, bonos por rendimiento o aumentos salariales pueden ayudar a mitigar cualquier contratiempo financiero.
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