Cada 19 de septiembre, la Ciudad de México revive un recuerdo doloroso en su historia. Dos terremotos de gran magnitud marcaron este día en 1985 y 2017, causando no solo una gran devastación, sino también el surgimiento de una sociedad solidaria y resiliente. En memoria de estos eventos, se realiza anualmente el Simulacro Nacional, un ejercicio preventivo que tiene como objetivo preparar a los habitantes ante la posibilidad de un sismo real.
El pasado 19 de septiembre, una vez más, las alarmas sísmicas sonaron en la capital y en otros estados del país, mientras millones de personas participaron en este ejercicio de simulación. Sin embargo surge una pregunta en el imaginario colectivo: ¿cuáles son las probabilidades de que ocurra un megasismo en la CDMX? ¿Existe alguna relación entre este fatídico día y la actividad sísmica de la región?
Te podría interesar
¿Qué es el Eje Neovolcánico?
México es un país de alta sismicidad debido a su ubicación geográfica, pues se encuentra sobre cinco placas tectónicas: la placa de Cocos, la placa del Pacífico, la placa de Rivera, la placa del Caribe y la placa de Norteamérica. Esta interacción tectónica genera una gran cantidad de actividad sísmica a lo largo del país, particularmente en la zona del Eje Neovolcánico, una cadena de volcanes activos y dormidos que atraviesa el centro de México.
Te podría interesar
La CDMX, ubicada en la cuenca de este eje volcánico, está especialmente vulnerable a los sismos debido a la presencia de numerosas fallas geológicas. Según el doctor Víctor Hugo Espíndola Castro, responsable del área de análisis del Servicio Sismológico Nacional (SSN), el Eje Neovolcánico está asociado con un alto número de fallas tectónicas que, en determinadas circunstancias, pueden generar sismos de gran magnitud.
“Existen fallas en la zona que, aunque no tienen la magnitud de las fallas como la de San Andrés en California, sí pueden causar eventos sísmicos de consideración”, explica Espíndola.
Un ejemplo de esto fue el sismo de 1912 en la región de Acambay, al norte de la CDMX, que alcanzó una magnitud de 7 grados y devastó esa área.
¿Qué tan posible es un sismo el 19 de septiembre?
A pesar de la percepción popular de que los sismos tienden a ocurrir el 19 de septiembre, los expertos aclaran que no hay ninguna base científica para esta creencia. El doctor Espíndola es enfático al desmentir este mito:
"No existe una relación entre la fecha y la ocurrencia de un sismo. Los terremotos son fenómenos naturales que se generan por el desplazamiento de las placas tectónicas y la acumulación de energía elástica en las fallas geológicas. No es posible predecir un terremoto, y mucho menos asociarlo a una fecha específica".
El especialista subraya que el riesgo de sismo está presente en todo momento, debido a la continua interacción de las placas tectónicas. Sin embargo, esto no significa que podamos anticipar cuándo ocurrirá un terremoto de gran magnitud.
“Los sismos ocurren de manera espontánea cuando la energía acumulada se libera de manera repentina. No hay forma de predecir exactamente cuándo o dónde sucederá un terremoto”, señala Espíndola.
La falla de San Andrés y la brecha de Guerrero
En cuanto a las estructuras geológicas que representan un mayor riesgo para el país, dos destacan en particular: la brecha de Guerrero y la falla de San Andrés. La brecha de Guerrero, ubicada en la costa del Pacífico, es una zona de alta actividad sísmica y ha sido responsable de varios terremotos importantes en el pasado. Por otro lado, la falla de San Andrés, que recorre gran parte del estado de California y llega al norte de México, también es una estructura de gran preocupación debido a su potencial destructivo.
Ambas áreas son monitoreadas de manera constante por científicos que buscan entender mejor sus dinámicas y predecir cuándo podrían generar un terremoto de gran magnitud. No obstante, Espíndola advierte que, a pesar de los avances en tecnología y la instalación de equipos GPS de alta precisión, aún no es posible predecir con certeza cuándo ocurrirá un sismo.
“Se ha visto que a veces ocurre una deformación en la corteza terrestre previa a un sismo, pero en otros casos no hay una deformación significativa antes del evento. Estos son aspectos que seguimos investigando para mejorar nuestra comprensión de los terremotos”, explica el doctor.
Preparación y prevención: claves para enfrentar los sismos
Si bien no podemos controlar ni predecir los terremotos, lo que sí está en nuestras manos es la preparación. Los simulacros, como el que se realiza cada 19 de septiembre, son fundamentales para educar a la población sobre cómo reaccionar ante un sismo real. Estos ejercicios permiten que los ciudadanos se familiaricen con los protocolos de evacuación y medidas de seguridad, lo que puede salvar vidas en una emergencia.
Aunque las probabilidades de que ocurra un megasismo en la CDMX el 19 de septiembre son bajas, la región sigue siendo una zona de alto riesgo sísmico. La ciencia aún no puede predecir cuándo ocurrirá el próximo gran terremoto, pero la preparación y la prevención son nuestras mejores herramientas para enfrentarlo.
Sigue a Heraldo Binario en Google News, dale CLIC AQUÍ.