Este martes, la carrera hacia las elecciones presidenciales de Estados Unidos, que tendrán lugar el próximo 5 de noviembre, enfrenta un punto crucial con el primer debate entre Kamala Harris y Donald Trump. En Filadelfia, los dos candidatos buscaron convencer al 8% de votantes indecisos que serán determinantes para el resultado final. Este cara a cara, esperado con gran expectación, se centró en temas clave como la economía, la inmigración, el aborto y la política exterior, áreas que preocupan a los ciudadanos estadounidenses.
Economía: Un enfrentamiento de estrategias
El debate comenzó con una aguda confrontación sobre la economía, un tema de gran preocupación para los votantes. Kamala Harris acusó a Trump de no tener un plan económico viable, afirmando que su única propuesta era recortar impuestos a los más ricos. Harris subrayó que varios estudios indican que las políticas propuestas por Trump podrían deformar la economía, lo que, según ella, ya se evidenció en la tasa de desempleo más alta desde la Gran Depresión y en una crisis de salud sin precedentes que dejó su administración.
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En respuesta, Trump descalificó las propuestas económicas de Harris, acusándola de no tener un plan original y de copiar las políticas de la administración Biden. Trump insistió en que su plan de aranceles, que incluye tasas del 10 al 20% en la mayoría de las importaciones y hasta un 60% en productos provenientes de China, fortalecería la producción nacional y compensaría cualquier aumento en los costos para las familias
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El aborto y los derechos reproductivos
Uno de los temas más sensibles del debate fue el aborto, un asunto que ha generado un profundo conflicto en el país desde la derogación de Roe v. Wade en 2022. Trump, responsable de la nominación de jueces conservadores que llevaron a la derogación de esta protección, ha optado por dejar el tema en manos de los estados, pero enfrenta críticas por su manejo anterior. Harris, por su parte, prometió restaurar las libertades reproductivas a nivel federal, comprometiéndose a firmar una ley que proteja el derecho al aborto si llega a la presidencia.
La posición de Trump sigue siendo polémica. Aunque solía ser un ferviente opositor al aborto, en el debate evitó posturas extremas y se distanció de comentarios anteriores. Harris atacó duramente, advirtiendo sobre las consecuencias de un segundo mandato de Trump, al señalar que sus políticas han afectado los derechos de las mujeres en los estados conservadores. En cambio, Trump elogió el fallo de la Corte Suprema, calificándolo como "valiente" y defendiendo la autonomía de los estados. Trump también hizo afirmaciones incendiarias sobre el aborto, alegando que algunos estados permitirían la ejecución de bebés nacidos.
Inmigración: Un tema divisivo
La inmigración es otro tema central, donde las posturas de ambos candidatos han mostrado diferencias marcadas. Trump sigue con su promesa de "sellar la frontera" y ejecutar la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos, en la que deportaría hasta 20 millones de indocumentados. Este discurso de mano dura en temas fronterizos le ha valido apoyo en sectores conservadores, pero también críticas por la desinformación. Durante el debate, Trump insistió en que Harris, siendo vicepresidenta, no había manejado adecuadamente la crisis fronteriza, acusándola de ser responsable de las altas cifras de cruces ilegales.
Harris respondió asegurando que Trump ha obstaculizado reformas que habrían mejorado la seguridad fronteriza y acusado al expresidente de preferir mantener el problema migratorio para usarlo políticamente. Defendió su enfoque más humano y equilibrado hacia la inmigración, apoyando una reforma integral que contemple una vía hacia la ciudadanía para inmigrantes indocumentados, además de fortalecer la seguridad fronteriza sin recurrir a políticas de separación familiar.
La guerra en Gaza e Israel
La política exterior fue otro campo de batalla. Harris ha criticado la catástrofe humanitaria que ha causado la ofensiva israelí, subrayando la necesidad de un alto el fuego y una solución de dos estados.
Trump, por otro lado, reafirmó su fuerte apoyo a Israel, recordando decisiones clave de su administración como el reconocimiento de Jerusalén como capital y el traslado de la embajada estadounidense. En el debate, evitó hablar de soluciones a largo plazo para el conflicto, pero se posicionó como el presidente más pro-Israel, destacando que, durante su mandato, Oriente Medio fue más estable. Su retórica, sin embargo, no ofreció respuestas concretas sobre cómo manejaría el conflicto actual en Gaza.
Los animales en el centro del debate migratorio
Un momento controversial ocurrió cuando Trump afirmó que los inmigrantes están cometiendo actos violentos en las ciudades y, en un giro inusual, mencionó que se estaban "comiendo a los perros" en algunos lugares como Springfield, Ohio.
Harris, por su parte, aprovechó esta afirmación para resaltar la importancia de la empatía y la verdad en la política migratoria. Enfatizó que los migrantes, lejos de ser criminales, han contribuido al desarrollo de Estados Unidos y que la solución debe ser integral, con respeto a los derechos humanos y la dignidad de todos los seres, humanos y animales por igual.
Este primer debate entre Kamala Harris y Donald Trump dejó claras las diferencias fundamentales en temas que definen la política estadounidense actual. Con temas como el aborto, la inmigración, Israel y el conflicto en Gaza en el centro, ambos candidatos buscan atraer a los votantes indecisos que definirán la carrera hacia la Casa Blanca en noviembre.
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