La contienda presidencial en los Estados Unidos será entre Kamala Harris, una antigua aliada de las empresas tecnológicas y exfiscal del estado de California, y el expresidente Donald Trump, un multimillonario de Nueva York/Florida con un mucha historia como inversionista en capital de riesgo y quien cuenta con gran apoyo de los inversores en tecnología.
El resultado de esta elección apunta para tener profundas implicaciones para la política tecnológica de los Estados Unidos, pues ambos candidatos han presentado visiones marcadamente diferentes. Para esta colaboración me basé en las ideas de Nicol Turner Lee y Darrell M. West, ambos investigadores del Brookings Institution, así como de Pascale Davies, colaboradora de Euronews.
La orden ejecutiva de Biden sobre inteligencia artificial (IA)
Uno de los pilares de la agenda tecnológica de Biden fue una orden ejecutiva que abogaba por una mayor supervisión gubernamental y regulación de la IA. Esta orden requería que cada agencia del gobierno federal examinara los impactos de la IA en su sector específico y explorara vías para abordar su problemática concreta, contemplando la realización de entregas precisas a más tardar en diciembre de 2024.
Harris probablemente contemplaría la continuación y expansión de esta orden ejecutiva, pues entiende la naturaleza transformadora de la IA y la necesidad de su supervisión por parte de las autoridades. Es probable que inste al Congreso a aprobar legislación que obligue a integrar mayores protecciones a la privacidad del consumidor, la ciberseguridad y la seguridad humana.
Harris también podría alentar al gobierno federal a usar su poder de compra para asegurarse de que las agencias reguladoras impongan a sus proveedores salvaguardas adecuadas para el uso de la IA.
En contraste, es probable que la plataforma de Trump busque derogar la orden ejecutiva de Biden. Trump apoya un enfoque regulador más ligero en torno a la IA y otras nuevas tecnologías, pues tiene la convicción que la innovación prospera en un ambiente de mínima intervención gubernamental. Durante su primer mandato se generaron muy pocas noticias sobre la regulación de la IA, y se espera que este enfoque continúe si gana un nuevo período presidencial.
Aplicación de leyes antimonopolio
La aplicación de leyes antimonopolio es otra área donde Harris y Trump divergen de manera importante. La administración de Biden ha adoptado una postura firme en la aplicación de las leyes antimonopolio, apuntando a grandes plataformas tecnológicas que han abusado de su poder de mercado e incurrido en comportamientos depredadores que perjudican a los consumidores. Harris, quien ha enfatizado repetidamente la necesidad de reducir la inflación y mejorar las oportunidades económicas, probablemente continuará con este enfoque antimonopólico agresivo.
Por otro lado, Trump tal vez no sería tan vigoroso en la aplicación de leyes antimonopolio. Su historial como inversionista podría hacerlo más comprensivo hacia la comunidad empresarial, y es poco probable que nombre a personajes con historiales de aplicación estricta de la ley para encabezar cuerpos reguladores como el Departamento de Justicia, la Comisión Federal de Comercio o la Comisión Federal de Comunicaciones. Este fue el caso durante su primer mandato y se espera que continúe si regresa al poder.
Impuestos a los multimillonarios tecnológicos
La política fiscal es otra área crítica donde los dos candidatos difieren. Trump ha manifestado su deseo de extender sus recortes de impuestos iniciados en 2017 cuando expiren en el 2025, y reducir aún más la tasa del impuesto sobre la renta. Estos recortes beneficiaron principalmente a individuos ricos y grandes corporaciones, y es probable que los planes de Trump continúen sobre esta tendencia.
Harris, en línea con el enfoque de Biden, busca evitar aumentar el impuesto sobre la renta para aquellos que ganen menos de US$400,000.00. Sin embargo, ella aboga por aumentar los impuestos a los ultra-ricos para asegurar que contribuyan con una “parte justa” del gasto público. Estos aumentos de impuestos ayudarían a financiar servicios necesarios para las personas con menores ingresos; una postura que contrasta marcadamente con las políticas fiscales de Trump.
Sesgos raciales y de género en la tecnología
Los sesgos raciales y de género en la IA y la industria tecnológica en general son problemas bien documentados y que requieren de una atención muy seria. Harris tiene un historial de lucha contra los sesgos raciales y de género, así como de apoyo a acciones en contra de aquellos que violan derechos humanos fundamentales. Ella se ha expresado enérgicamente a favor de la importancia de las acciones antidiscriminatorias en varios sectores, incluyendo el tecnológico.
Trump carece de un historial sólido en el apoyo a esfuerzos de mitigación de sesgos, especialmente los raciales. Ha sido parte de un movimiento que critica las iniciativas de diversidad, equidad e inclusión (DEI), y no ha nombrado reguladores que hayan tomado medidas enérgicas en esas áreas.
Regulación de criptomonedas
La regulación de criptomonedas es otra área donde ambos candidatos difieren significativamente. Trump ha moderado recientemente su postura sobre las criptomonedas, abogando por un enfoque regulador más ligero. Ve las criptomonedas como una innovación que requiere tiempo para desarrollarse y no necesita de una supervisión estricta, por lo menos en este momento.
Harris, por otro lado, mantiene una postura más dura sobre las criptomonedas y su regulación. Cree que los consumidores necesitan una protección adecuada en este campo y pide una mayor transparencia en el mercado de criptomonedas. Su administración probablemente continuará impulsando una aplicación más estricta de la ley por parte de las agencias reguladoras, como la SEC (Securities and Exchange Commission) y la CFTC (Commodities Futures Trading Commission).
Conclusión
El enfoque de Harris se alinea estrechamente con las políticas de Biden, enfatizando la regulación, la protección del consumidor y los estándares éticos. En contraste, el enfoque de Trump favorece la desregulación, los recortes de impuestos y un toque más ligero al incidir sobre la industria de las tecnologías emergentes.
La presidencia de Harris probablemente vería continuos esfuerzos para regular la IA, hacer cumplir las leyes antimonopolio, así como abordar los sesgos raciales y de género. La presidencia de Trump se centraría en reducir las cargas regulatorias, extender los recortes de impuestos y adoptar un enfoque más laissez-faire hacia la innovación tecnológica.
A medida que se acerca la elección, la industria tecnológica y el público en general observaremos de cerca al desarrollo de estas visiones diferentes, sabiendo que el resultado moldeará el panorama de las tecnologías digitales y su papel en la sociedad durante muchos años.
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Por Emilio Carrillo, abogado especializado en temas de financiamiento, tecnología y M&A. X: @ecarrillop; página web: pcga.mx. Las opiniones expresadas son personales del autor y no constituyen recomendaciones de inversión; las inversiones en tecnologías novedosas son de muy alto riesgo y cabe la posibilidad de que todos los recursos destinados a ellas podrían perderse.