Hace poco pensaba sobre las veces que he perdido la oportunidad de tomar decisiones financieras que hubieran beneficiado mi futuro y el de mi familia. Pensaba en las pocas oportunidades que existen para anticipar los efectos de una decisión teniendo la certeza del beneficio que traería la misma.
En torno a la gran cantidad de decisiones financieras que enfrentamos, existe una oportunidad de inversión única que a menudo pasamos por alto y que no tiene riesgos aparejados dado los beneficios que representa: la inversión en nuestro futuro como ciudadanos a través del ejercicio del voto.
Este próximo 2 de junio, tendremos una oportunidad única de invertir en nuestro futuro haciendo valer un derecho de suma importancia y que se enfoca en una decisión crucial que no requiere apartar nuestros ahorros, adquirir una deuda, u otra decisión que implique una renuncia o sacrificio.
Al invertir en nuestro voto, estamos colaborando por elegir la calidad de la educación que queremos para nuestros hijos, la seguridad de nuestras calles, el acceso a servicios de salud, las políticas de inclusión financiera que requiere el país como motor de cambio y tantos otros elementos que impactan directamente nuestra calidad de vida y bienestar.
En sentido opuesto, no votar, equivale a ignorar esa gran oferta y perder la oportunidad de invertir en apoyar las propuestas, políticas y decisiones que moldearán el entorno en el que viviremos, es decir “nuestro futuro”.
En el mundo de las inversiones, no votar es similar a ver pasar la oportunidad de comprar acciones en una empresa en crecimiento y con fundamentales fuertes: al no participar, te excluyes de los beneficios y de la responsabilidad que conlleva ser parte del proceso de toma de decisiones.
En un país donde cada voto cuenta y donde las decisiones políticas tienen un impacto directo en la economía, la educación, la salud y el bienestar de la sociedad, no votar significa renunciar a tu voz y a tu capacidad de influir en su desarrollo. Es cerrar la puerta a la oportunidad de formar parte de tu comunidad y de la evolución positiva que todos deseamos ver en nuestra nación.
Al aproximarnos al 2 de junio, cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de informarse con el fin de tomar una decisión que trasciende lo personal e impacta el bien colectivo.
Es un momento para preguntarnos no solo qué tipo de sociedad queremos, sino qué estamos dispuestos a hacer para conseguirla. Así como un inversionista estudia el mercado para identificar las mejores oportunidades de inversión, nosotros también debemos estudiar nuestras opciones y comprender el impacto que nuestra decisión puede tener en el futuro de nuestro país.
El voto no es solo un derecho; es una herramienta poderosa, una inversión en el futuro que todos compartimos. Por eso, este 2 de junio, te invito a que te votes no solo como un ciudadano, sino como un tomador de decisiones invirtiendo en el futuro del país y en el tuyo.
¡No dejes de invertir en tu voto!
Tu voz importa y tu voto cuenta. Juntos podemos construir el camino hacia un futuro más próspero y justo para todos. El 2 de junio, hagamos que cada voto sea un reflejo de nuestras aspiraciones y deseos.
En el mundo de las finanzas, entendemos que toda inversión busca beneficios. De manera similar, cada voto representa una oportunidad de construir el tipo de país que queremos.
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Por: Alvaro Vertiz
Socio Dentons Global Advisors